¿Celos?

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-Pero si quieres sexo puedes irte a una esquina, hacerlo con todos los que te salga de ahí y además ganar dinero.

-No soy una prostituta y no quiero sexo, te quiero a ti.

-Pero aunque confesases, ¿cómo podrías recuperar mi empleo en la WWE?

-Vince es un viejo verde, seguro que puedo convencerle-puso una cara muy morbosa-. Soy una mujer de palabra, cumpliré lo que te prometo.

-¿No podemos negociar? ¿Qué tal una hora?

-Dean, esto no es un mercadillo, o lo tomas o lo dejas.

Miré a Renee, que tenía cara de indignación, y luego a Elisabeth. Abrí la boca, pero Renee me interrumpió.

-¿Cómo puedes siquiera pensártelo? ¿En serio estás dispuesto a pasar dos horas a solas con ésta?-dijo con desprecio.

-Tu calla, zorra-le dio un empujón y Renee se precipitó contra el suelo.

Recogió a Renee y la encerró en el baño.

-Más te vale estar callada-advirtió.

-Elisabeth, suéltala-sentiá pena por Renee, me amaba demasiado.

-Pues acepta el trato. Por cierto, eso que llevas no te queda muy bien-dijo refiriéndose al disfraz que llevaba y que me hacía más difícilmente reconocible.

Me quedé callado durante un minuto, sopesando mis opciones.

-Supongo que es la única forma de que todo vuelva a ser como antes-suspiré-. Acepto, pero tú cumplirás primero tu parte.

-Así me gusta, pero que sepas que antes o después tú también vas a cumplir tu parte, de lo contrario sabrás lo que es bueno, te forzaré y quizá te quedes sin la guarra de la rubia y tu amigo el pelos de fregona; tal y como hice con tu amigo el rarito agresivo.

-¿Quién?-fruncí el ceño-¿Sami?

-Sí, ese-rió.

-¿Qué le has hecho?

Ella siguió riendo con malicia.

-¡Hija de puta! ¿Qué le has hecho a Sami?-la acorralé contra la pared y le agarré del cuello.

-Digamos... que salió volando por los aires. Quizá esté muerto o quizá esté en el hospital... Y no te atrevas a tocarme así-intentó empujarme, pero no cedí.

-¿Cómo que salió por los aires? Explícate-me controlé para no matarla allí mismo.

-Te lo voy a explicar de forma que hasta tú puedas entenderlo, con un cuento-se burló-. Cuando yo, el terrible monstruo, rapté del castillo (la cárcel) a la preciosa princesa Dean, los valerosos caballeros Sami y Roman nos perseguían junto con un grupo de policías, por lo tanto, le lancé una bomba que explotó, y el desgraciado caballero Sami Callihan no pudo rescatar a su amada princesita-dijo lentamente y acabando con una risita.

Ya no me contuve y empecé a golpearla una y otra vez, pero ella empezó a gritar muy fuerte, por lo que paré antes de que alguien nos oyese.

-Esto no quedará así, te lo prometo.

Iba a salir por la puerta, pero me acordé de Renee y la saqué del baño.

-Gracias, Dean-vi que tenía una herida en la ceja.

-Será mejor que vayamos a la enfermería a que te miren eso, así ya de paso le hacemos una visita a Roman-ella asintió.

-No olvides nuestro trato-se escuchó decir a Elisabeth desde el interior.

Obsesión (Dean Ambrose Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora