"Nuestros caminos pueden separarse hoy, pero si el destino está escrito para que estemos juntos, no importa la despedida. Al final, los senderos cruzados siempre nos llevarán de nuevo al mismo horizonte, justo en el momento indicado."
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Una tormenta feroz azotaba el barco pirata durante toda la noche. Las olas gigantescas y los vientos huracanados sacudían el barco sin cesar, mientras la tripulación trabajaba arduamente para mantener el rumbo y combatir a los reyes marinos que emergían del abismo.
En medio del caos, Shira, Shanks y Buggy estaban confinados en su habitación. La pequeña Shira abrazaba a Britzi, su fiel serpiente blanca, buscando consuelo.
-¡¿Cuándo acabará esta tormenta?!- gritó Shanks, tratando de escuchar su propia voz sobre el estruendo del mar
-No lo sé, pero debemos tener paciencia- respondió Buggy, mientras se aferraba a su manta, intentando mantenerse calmado.
La tormenta rugió durante horas interminables, hasta que finalmente comenzó a amainar. Exhaustos, los tres niños se quedaron dormidos, apretujados en un rincón, con Shira en el medio, abrazando a Britzi.
Cuando el sol finalmente se asomó sobre el horizonte, iluminando el mar en calma, la tripulación exhaló un suspiro de alivio y se dirigió a descansar.
El barco, aunque golpeado, se mantenía firme.Shira fue la primera en despertar, estirándose y notando la incomodidad de haber dormido en una posición tan extraña. Se levantó con cuidado, sin despertar a Shanks y Buggy, y observó a Britzi, que aún dormía enrollada cerca de su cuello.
-¡Buenos días, Britzi!-susurró Shira, acariciando suavemente a su pequeña compañera.Los otros dos niños comenzaron a despertarse, aún medio adormilados.
-¡Qué noche tan horrible!-exclamó Buggy, frotándose los ojos.
-¡Sí! Pero mira, el día está hermoso ahora - dijo Shira con una sonrisa, mientras miraba por la ventana.
-Vamos a empezar a trabajar. Necesitamos limpiar el barco y preparar el desayuno para todos - propuso Shanks.
Los tres niños se pusieron manos a la obra. Empezaron limpiando la cubierta, recogiendo escombros y barriendo el agua que había quedado acumulada. Shira, con su energía inagotable, corría de un lado a otro, pero en un momento dado, resbaló con un charco de agua y cayó al suelo de forma cómica.
Shanks y Buggy no pudieron evitar reírse. -¡Shira, eres un desastre!-bromeó Shanks, ayudándola a levantarse. -¡No es gracioso!- replicó Shira, con una risita contenida.
Después de limpiar, se dirigieron a la cocina para preparar el desayuno. Shira se encargó de cortar frutas y hacer jugo, mientras Shanks y Buggy cocinaban huevos y tocino. -Esto huele delicioso-dijo Shira, mientras colocaba los platos en una bandeja.Con todo listo, llevaron el desayuno a la mesa y comenzaron a comer.
-¡Qué rico!- exclamó Buggy con la boca llena.Shira observó a Rayleigh, que estaba de pie cerca de la entrada, luchando por mantenerse despierto.
