Se cuenta que al inicio de la creación había un ángel cuya pasión por la libertad y sus ideales liberales lo hicieron ser conocido como un alborotador.
Sin embargo, este ángel se enamoró profundamente del Doncel creado por Dios.
En un intento de c...
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La tensión en el inframundo había alcanzado su punto máximo desde el fatídico día en que Sera se llevó a Emily. El castillo de Lucifer, normalmente imponente y lleno de poder, ahora estaba envuelto en una atmósfera de tristeza y resentimiento.
Caín no podía soportar más la angustia de su madre ni la culpa que sentía cada vez que veía a Lucifer. Finalmente, en una noche oscura, estalló.
-¡¿Cómo pudiste dejar que se la llevaran?! -gritó Caín, su voz resonando por las paredes de piedra del castillo. Se enfrentó a Lucifer en la sala del trono, donde su padre estaba sentado, perdido en sus pensamientos.
-Caín, no entiendes... -comenzó Lucifer, su voz cargada de cansancio.
-¡No, tú no entiendes! -interrumpió Caín, sus ojos brillando con una furia demoníaca. -Ella es nuestra familia, ¡y la dejaste ir!
Lucifer se levantó lentamente, su figura imponente tratando de mantener la calma.
-No teníamos elección. Sera tenía razón, el infierno no es lugar para un ángel.
-¡No me vengas con esas excusas! -rugió Caín, avanzando hacia su padre. -Podríamos haberla protegido, podríamos haber luchado. Pero en lugar de eso, ¡te rendiste!
-¡Cuidado con tus palabras, Caín! -advirtió Lucifer, su voz adquiriendo un tono amenazante.
-¿Por qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Dejarme también? -El sarcasmo en la voz de Caín fue como un látigo.
Lucifer cerró los ojos por un momento, tratando de controlar su ira.
-Todo lo que hice fue por el bien de Emily.
-¡Eso no es verdad! Todo lo que hiciste fue por miedo. Miedo a lo que los ángeles podrían hacer. Miedo a enfrentarte a Sera. -Caín estaba a punto de explotar, y su energía oscura comenzaba a llenar la habitación.
Lucifer finalmente perdió la paciencia.
-¡Cállate! -gritó, y su voz resonó con el poder del rey del infierno. -No sabes lo que significa tomar decisiones difíciles. No sabes lo que es ser responsable de todos aquí, de ti, de tu madre.
-¡Dejar que se llevaran a Emily no fue una decisión difícil, fue una cobardía! -Caín lanzó un golpe, sus puños envueltos en fuego demoníaco. El impacto hizo que Lucifer retrocediera unos pasos, sorprendiendo al rey.
Lucifer se recuperó rápidamente y contraatacó, bloqueando el siguiente golpe de Caín y lanzándolo hacia el otro lado de la sala con una ola de energía.
-¡Basta! -rugió, sus ojos brillando con una luz infernal. -Soy tu padre y tu rey. No me desafíes.
Caín se levantó, sus ojos llenos de lágrimas de rabia.
-No eres mi rey ahora mismo. Eres solo un cobarde que dejó que su hija fuera llevada. -Corrió hacia Lucifer nuevamente, lanzando un ataque tras otro, cada golpe alimentado por su furia y dolor.
Lucifer bloqueó y esquivó los ataques, pero finalmente atrapó a Caín por el cuello y lo levantó del suelo.
-Escucha, Caín. Amo a Emily tanto como tú. Pero debes entender, en ese momento, pensé que era lo mejor para ella.
-Pensaste mal. -jadeó Caín, luchando por liberarse. -Y ahora mamá sufre todos los días. ¿Qué clase de vida es esta para nosotros?
Las palabras de Caín penetraron en el corazón de Lucifer, y el rey del infierno soltó a su hijo, dejándolo caer al suelo.
-No lo sé. -admitió con voz quebrada. -No sé si hice lo correcto. Solo sé que, en ese momento, parecía nuestra única opción.
Caín se levantó lentamente, su rabia disminuyendo, pero no desapareciendo por completo.
-Entonces encuentra otra opción. -dijo, su voz llena de desafío. -Encuentra una manera de traerla de vuelta. No descansaré hasta que Emily esté de nuevo con nosotros.
Lucifer asintió, su mirada firme.
-Lo intentaremos. Juntos.
Así, padre e hijo se quedaron en silencio, unidos por el dolor y la determinación de recuperar a su familia, sabiendo que el camino por delante sería largo y peligroso, pero dispuestos a enfrentarlo unidos.