Todo De Mi | FreenBecky

6. Recuerdos desagradables, encuentros agradables

[Becky]

Es confuso explicar cómo es que un simple momento, un simple instante, se vuelve el centro de todo lo que eres.

Conocí a Kao cuando éramos apenas unos niños, y fue el primer hombre que no me trató como tonta. Era la persona más adorable, comprensiva y respetuosa de todas, o eso fue lo que dejó ver de él.

Kao y yo hacíamos todo juntos, era mi mejor amigo, así que la mayor parte del tiempo me la pasaba en su casa o él en la mía. A los dieciséis tuvo su primera novia y aun así nunca me dejó de lado. Seguíamos siendo igual de unidos. No sé en qué momento las cosas se jodieron tanto, no sé en qué momento el chico que conocí durante toda mi vida se convirtió en la persona que me hizo sentir sucia y desdichada de una forma asfixiante. Porque así es como me siento desde aquella noche, sucia.

El problema comenzó meses antes de cumplir los dieciocho, él y su novia habían terminado y de alguna forma Kao empezó a hacer comentarios sobre lo importante que era yo para él, lo buena que era con él, lo buena pareja que seríamos. Nunca correspondí a sus palabras, simplemente no podía. Lo amaba y mucho, y sí, éramos una combinación perfecta, pero como amigos. Supongo que no fui lo suficientemente convincente y clara con mis palabras, porque en mi cumpleaños dieciocho me emborrachó e intentó abusar de mí, su mejor amiga.

No recuerdo mucho de esa noche o como fue que terminé sobre su cama, pero sí recuerdo lo que vino después. Lo primero que hizo fue pasar sus frías manos por mis piernas, esa noche llevaba vestido, no hace falta mencionar lo mucho que odio usarlos ahora, hay ocasiones en las que un simple roce sobre mi piel me hace temblar, y no en un buen sentido. Lo segundo que hizo fue frotarse contra mí, por mucho que la palabra "no" salía de mi boca una y otra vez. Fue en ese momento donde todo mi cuerpo se paralizó, y lo supe, supe que él no se detendría.

Todo iba de mal en peor, su respiración agitada contra mi cuello, la manera en la que me tocaba por encima de la ropa, todo se sintió totalmente erróneo... y horrible, tan horrible. Ni siquiera podía asimilar lo que estaba pasando porque mi embriaguez y el pánico no me lo permitían.

Entonces intentó besarme, y fue todo lo que necesité para utilizar toda la fuerza y darle un rodillazo en la entrepierna. Calló a mi lado en la cama, retorciéndose de dolor. A pesar de lo ebria que estaba, la adrenalina y el miedo me llevaron a levantarme rápidamente y alejarme todo lo posible de él.

"-¿Por qué carajos me golpeas? -pregunta con enfado.

-Tú... tú -mi voz tiembla, todo mi cuerpo lo hace.

-Yo qué -seguía sobre la cama en posición fetal.

Mi respiración irregular y las ganas de vomitar ni siquiera me permitían hablar, pero me obligué a hacerlo porque era mi mejor amigo el que estaba en esa cama, en quien más confiaba.

-Somos amigos -la voz me salía apenas-. Tú... tú intentaste -dios, ni siquiera podía decir la maldita palabra.

-Intenté qué -se sentó sobre la cama, con su mano aún en la entrepierna, como si eso fuese a detener el dolor.

-Intentaste besarme -dije al final-. Me estabas tocando sin mi consentimiento, te dije que pararas, te dije que no, Kao -cada palabra salía más desesperada que la anterior-. Eso... ¿Si no te hubiera golpeado me hubieras tomado a la fuerza?

Tenía miedo de oír su respuesta, pese a que, muy en el fondo, la sabía.

-¿Tomado a la fuerza? -soltó la risa más desagradable-. Lo llevas rogando durante meses.

¿Qué?

-¿De qué estás hablando?

-Estoy hablando de lo mucho que te me has insinuado durante los últimos meses -me ve con odio, jamás me había mirado así-. Prácticamente, rogabas que te saltara encima.