𝓷𝓲𝓷𝓮

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La Búsqueda del Artefacto Perdido

(19/07/98) Biblioteca

El amanecer trajo consigo una sensación de urgencia para Leah y Peter. La amenaza de la Orden de las Sombras Eternas pesaba sobre ellos como una sombra omnipresente. Decididos a desentrañar el misterio y detener a la orden, se dirigieron a la biblioteca una vez más, buscando cualquier pista sobre el paradero de los artefactos oscuros.

Entre pilas de libros y pergaminos antiguos, Leah encontró un diario encuadernado en cuero que pertenecía a uno de los fundadores de la academia.

—Mira esto, Peter —dijo, abriendo el diario—. Parece que contiene información sobre los artefactos que la Orden de las Sombras Eternas busca.

Peter se acercó, leyendo sobre el "Espejo de las Almas Perdidas", un artefacto que, según el diario, tenía el poder de invocar y controlar las sombras más oscuras.

—Este espejo podría ser lo que están buscando —dijo Leah, su voz cargada de preocupación—. Y si lo encuentran, podrían desatar un caos inimaginable.

Decididos a evitar que la orden encontrara el espejo, comenzaron a buscar pistas sobre su ubicación. El diario mencionaba una serie de acertijos que conducían al escondite del artefacto. La primera pista los llevó a una caverna oculta en las montañas cercanas a la academia.

Con sus varitas listas y sus corazones palpitantes, Leah y Peter se adentraron en la caverna.

El aire era frío y húmedo, y sus pasos resonaban en la oscuridad. La caverna estaba llena de trampas mágicas, diseñadas para proteger el artefacto.

—Debemos estar atentos —advirtió Peter, observando las paredes con atención—. No sabemos qué tipo de trampas podrían estar esperando.

A medida que avanzaban, encontraron un antiguo mural que representaba una batalla entre la luz y la oscuridad. En el centro del mural, un espejo brillante reflejaba tanto la luz como las sombras.

—Este debe ser el lugar —dijo Leah, acercándose al mural—. Pero, ¿cómo lo activamos?

Recordando los acertijos del diario, comenzaron a descifrar las inscripciones alrededor del mural. Con cada línea que descifraban, las trampas se desactivaban, revelando un pasaje oculto que conducía a una sala secreta.

En el centro de la sala, sobre un pedestal de piedra, estaba el Espejo de las Almas Perdidas. El espejo emitía una luz tenue, pulsante, como si estuviera vivo.

—Lo encontramos —susurró Peter, acercándose cautelosamente.

Antes de que pudieran tomar el espejo, la sala se llenó de una oscuridad opresiva. Una figura encapuchada apareció, sus ojos brillando con malevolencia.

—No permitiré que se lleven el espejo —dijo la figura con una voz gélida—. La Orden de las Sombras Eternas prevalecerá.

Leah y Peter se prepararon para luchar, sus varitas alzadas. La batalla que siguió fue intensa. La figura encapuchada utilizaba magia oscura para invocar criaturas sombrías y lanzar hechizos devastadores.

Leah y Peter, trabajando en perfecta sincronización, contrarrestaron cada ataque. Su vínculo brillaba con una luz propia, fortaleciendo sus hechizos y dándoles el poder necesario para resistir.

Finalmente, con un último esfuerzo conjunto, lanzaron un hechizo que desintegró a la figura encapuchada y disipó la oscuridad. La sala quedó en silencio, solo el suave brillo del espejo permanecía.

Con cuidado, Leah tomó el Espejo de las Almas Perdidas y lo envolvió en un paño encantado para sellar su poder.

—Tenemos que llevar esto a la academia y asegurarlo —dijo, mirando a Peter.

—Y debemos prepararnos para lo que venga —añadió él, apretando su mano—. Esto es solo el comienzo.

De regreso en la academia, entregaron el espejo a Madame Isabel, quien lo guardó en una cámara protegida por los hechizos más poderosos de la academia.

—Han hecho un trabajo excepcional —les dijo la directora—. Pero la amenaza de la Orden de las Sombras Eternas aún no ha terminado. Deben seguir alerta y preparados para cualquier cosa.

Leah y Peter asintieron, sabiendo que su misión estaba lejos de haber terminado. Mientras se dirigían a sus habitaciones, se dieron cuenta de que, a pesar de los peligros, su vínculo y sus sentimientos mutuos se habían fortalecido.

Esa noche, mientras contemplaban las estrellas desde la torre más alta de la academia, se prometieron que enfrentarían cualquier desafío juntos. Porque sabían que, mientras estuvieran unidos, podrían superar cualquier oscuridad que se interpusiera en su camino.

Bajo la misma sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora