Fanny, su hermana Hellen, Steve y yo entramos a la cafetería.
Las tazas humeantes y los aromas de los diferentes tipos de café me embriagaban por completo. Entrar a ese lugar era recibir un cálido abrazo en cuanto cruzaras el umbral.
Los cuatro nos sentamos en una mesa común, tristemente la de la ventana estaba ocupada.
— Buenos días... Veo que hoy no disfrutaré solamente de la presencia de Kate. — Nos saludó cordialmente Álvaro .
— Álvaro, ella es Hellen, mi hermana, llegó hace poco del exterior.— Presentó Fanny a su hermana.
— Un placer.— Respondió Álvaro extendiendo su mano.
— El placer es mío. — Respondió Hellen devolviendo el apretón de manos.
— ¿Qué van a ordenar?
— Yo tomaré un café vienés, y unas galletas.— Respondí.
Café Vienés☕: Espresso y nata o crema, en ese orden de manera ascendente.
— Yo tomaré ese café que tiene helado encima... ¿Cómo se llamaba?— Preguntó Fanny. — ¡Ahhh un inca!— Se autorrespondió automáticamente.
— Un azteca. — Corregí.
— Se me antojan unos Nuggets. — Agregó Steve.
— ¿Qué me recomiendas?— Le preguntó Hellen a Álvaro.
— El pastel de coco es una buena opción, y también el café azteca, que como bien decía Fanny, contiene helado.— Sugirió.
— Pues entonces un azteca y un pastel.
Álvaro anotó todo en su libreta y con una sonrisa fue al mostrador.
— ¿Qué harás cuando salgas de aquí Hellen? — Pregunté.
— Caminaré un poco por las calles, extraño mucho esta ciudad, a donde sea que vaya la llevaré en mi corazón.— Me respondió.
— Si tan solo pudiera acompañarte... — Refunfuñó Fanny.
— Aún no eres mayor como nosotros, no has terminado tus estudios, debes llevar tus notas al pie de la letra, tal como yo lo hice. — Regañó Hellen a su hermana menor.
— Fanny... Fanny... Idiota Fanny, debes estudiar, o de lo contrario seguirás teniendo los conocimientos y el intelecto de un asno. — Se burló Steve como de costumbre.
— ¿Cómo me llamaste? ¿Burra? ¿Quieres pelear tonto? — Preguntó Fanny.
— Espero que esto sea solo un juego...— Susurró Helen en mi oído.
— Tranquila... Lo es. — Afirmé.
15 minutos después.
— Perdón el retraso... El horno comenzó a fallar en el momento de hornear el pastel... — Álvaro trajo los aperitivos en una bandeja circular.— Dos aztecas, un vienés, un pastel de coco, unas galletas, unos Nuggets... ¿Olvidé algo? — Dijo revisando sus notas.— No, aquí está todo, que lo disfruten.
Álvaro intentó retirarse, pero Fanny inmediatamente lo detuvo.
— ¡Ey! ¿No vas a sentarte con nosotros? — Preguntó preocupada .
— No hay... Espacio para mí...
— Mira que llegas a ser tonta. — Agregó Steve dándole un ligero golpe en la cabeza.
— ¿Me has pegado?— Preguntó Fanny enfadada .
— Cálmate fiera, ya me voy. — Steve se levantó de la mesa, besó mi frente y se colocó justo al lado de Álvaro.
— Puedes ocupar mi lugar. Mira... Lamento mucho lo que ha sucedido, no tenía idea de lo que estaba ocurriendo y creí que por quien te sentías atraído era por Kate, pero ella me explicó todo. ¿Sin resentimientos? — Preguntó Steve extendiéndole la mano a Álvaro.
— Sin resentimientos. — Aceptó su apretón de manos.
Steve se marchó a su trabajo, y Álvaro trajo un Espresso para él sentándose a mi lado.
— ¿Sabes Álvaro? Fanny me contó que juegas básquet como ella. Que incluso jugaron juntos ayer. — Abrió Hellen la conversación.
— Si, es la chica más talentosa que conozco, me da siempre una patada en el trasero. Es inigualable. Pero no solo en básquet, también es mejor jugadora en los videojuegos.
— ¿Enserio?— Pregunté sin tener conocimiento de que hubieran jugado videojuegos.
— Ayer luego de ir a la cancha pasamos por un bar donde hay una máquina de juegos para dos.— Me explicó. — Pude ganarle una sola vez.
— Hermana... Estás arrasando. — Expresó Hellen.
— No solo con los juegos... — Agregué pícaramente.
— ¿Cómo?— Preguntó Hellen.
— ¿Qué?— Le siguió Álvaro.
Fanny pisó mi pie debajo de la mesa.
— Debo irme, quiero caminar despacio a la editorial, y no correr como todos los días. — Huí.
Dejé los tres pagos que debía sobre la mesa, y Fanny y Hellen también se despidieron.
— Aún me quedan 3 días aquí, prometo pasarme antes de irme de nuevo. Ahora debo visitar algunas amistades y recorrer la ciudad. — Se despidió Hellen.
— Desgraciadamente yo debo ir a la universidad... — Añadió Fanny.
— Nos vemos. — Sonrió Álvaro .
Fanny y Hellen salieron del lugar, e inmediatamente aproveché y me acerqué a él.
— Me alegra que estén intentando llevarse bien, tu y Steve. — Le comuniqué.
— A mi también... Espero que así sea de ahora en adelante.
— Lo será... ¿Por qué dices eso?
— Tengo un mal presentimiento de que problemas mucho mayores nos tocará enfrentar.
— ¡Ey! ¡Olvida eso! ¡Todo estará bien!
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Hueles a café☕. (Terminada)
Roman d'amourPRIMERA PARTE DE LA BILOGÍA: AROMA A CAFÉ Y MALTEADA. Kate amaba el café, más que eso, necesitaba su café mañanero a diario, de lo contrario su cerebro no funcionaba y tenía el peor día de su vida. Por suerte, a dos manzanas de su apartamento había...