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Sus boxers habían volado en un par de segundos a encima del secador de manos, pero no le podia importar menos mientras sentía la mirada de Anton quemarle la piel.

Se tiró la falda un poco más arriba mientras miraba a Anton por el espejo. El rubio estaba apoyado en la muralla de uno de los cubiculos y de brazos cruzados remarcando sus biceps sin dejar de ver su cintura para abajo.

Wonbin mordió sus jugosos labios, subiendo un poquito más la falda entre sus dedos para que se viera el inicio de sus nalgas al igual que los chupones que alli reposaban. Estaba algo sensible por el aire que chocaba contra su polla y sus testículos desnudos al igual que el roce de sus muslos contra estos mismos mientras meneaba las caderas, la falda plizada ya cubriendo casi nada.

Anton aún no se acercaba y él estaba entrando en desesperacion, la temperatura de su cuerpo era tan alta que se sentia sudar, sentia su sangre en su vientre al igual que un dolor casi insoportable comenzar a acumularse allí, pero no se tocaría, a Anton no le gustaba que se tocara sin que se lo ordenara y él era alguien obediente.

Aún así, no evitó apoyar su estómago en el borde del lavamanos con cuidado para que no doliese debido a su bochorno, inclinandose un Poco y llevando sus manos delicadas hacia su trasero, paseando sus dedos tentativamente por su piel caliente que quemaba de forma gratificante ante el roce de la piel y la ropa.

"Tengo una sorpresita para ti", ronroneó, acoplando sus palmas en sus globos con coquetería, y apretando suavemente estos mientras observaba con ojos centellantes y desosos a Anton por el espejo.

Anton enarcó una ceja, sutilmente apoyandose en la pared del cubiculo para no caer y succionando su propio labio inferior, sus pantalones de vestir apretaban de forma asfixiante.

Wonbin se veía tan jodidamente perfecto en ese momento, el cabello negro hacia un lado mostrando su limpia frente, aquellos ojos dilatados tan grandes y brillantes, cargados de una excitación y lujuria necesitada, sus rosados mofletes por el asfixiante aura sexual, labios rojos e hinchados, tan besuqueables y mordisqueables.

Aquella blusa que se ajustaba a su cuerpo tan apretada, Anton podía notar a través del espejo esos botoncitos rosados que eran uno de los puntos erógenos de Wonbin duros y erectos por debajo de la tela. La cintura de Wonbin, tan deliciosa, delgada y estrecha, tanto que cualquier fémina podria tenerle envidia a la suave curva concava a los costados de su estómago y en donde el pliegue de la falda se ajustaba sin problemas, cayendo agraciadamente por sus caderas poco pronunciadas y cubriendo hasta la mitad de ese pomposo trasero suave que Anton amaba golpear.

Y para rematar esos jugosos, tonificados y esbeltos muslos lampiños y temblorosos, en donde reposaban al interior de estos y cercanos a la depilada entrepierna de Wonbin pequeñas marquitas moradas que él mismo se habia encargado de crear en encuentros anteriores.

Late Skirt Boy •°WONTON°• ✓ RIIZEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora