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Tuvo que disculparse mil veces con Nako por devolverle su falda mojada -por haberla limpiado en otro baño-y su blusa sin un botón menos que no sabe en qué momento se cayó, pero la chica le había restado importancia porque de alguna u otra forma sabía que algo así pasaría, y le devolvió su uniforme de igual manera.

Cuando terminaron las clases ese día, se veía tan derrotado que no pudo aguantar más, y terminó llorando como bebé en medio de sus cuatro amigos cuando el salon de clases se vió vacío, sacando toda la rabia, pena y desconsuelo que tenia mientras recibia caricias de Sohee y Eunseok, y Seunghan detenia por los pelos a shotaro de ir a enfrentar a Anton por su cuenta.

De ese dia, habian pasado dos semanas.

Dos semanas en donde se dedicaba a borrar cada rastro de Lee Anton encima suyo, de bloquear en cada parte al rubio y de evitar lo más posible de encontrarse con él en cualquier circunstancia.

Aún quedaban heridas en sus piernas de lo fuerte que se habia pasado la esponja en la ducha para quitarse esas marcas de encuentros anteriores, aún tenía la costumbre de mirar su teléfono o de incluso esperar por el auto de Anton cada martes y jueves.

Pero se había decidido en que no se arrastraria más por Anton ni seguiria siendo un secreto, y lo estaba logrando, con la ayuda de todos.

Lloró dos dias, bueno, tres en realidad, pero se sintió patético -que novedad- al darse cuenta de que él era el unico mal de la extraña relación que tenía con Anton, asi que dejó la lloradera de lado y decidió actuar.

"Estas comiendo más", levanto la cabeza hacia Sohee a la hora del almuerzo, viendo la orgullosa sonrisa del castaño y sintiéndose algo tímido.

"Lo está, yo lo estoy ayudando", Eunseok habló esta vez, sujetando la mano de Wonbin por debajo de la mesa y brindandole apoyo silenciosamente.

Wonbin se apoyó en aquel toque, removiendo con su otra mano el arroz en su bandeja.

"Eso es bueno, te ves lindo, Wonbin hyung", Seunghan alagó, causando que se pusiera más timido aún. No era algo tipico de él, pero luego de su ataque de rabia hasta su autoestima se vió involucrada pensando que quizás Anton nunca lo encontró lo suficientemente bonito para decirlo.

"Ya, basta", murmuró, sintiendo el apretado toque de Eunseok en su mano y sintiéndose a gusto.

El igual se sentía más lindo, más a gusto, el tono palido de su piel se habia ido y sus llorosos ojos se habian esfumado, ya no tiraba la comida a la basura o se la daba a alguno de sus amigos antes de que terminara el almuerzo.

Y definitivamente se habia dado el animo de comprarse una falda solo por gusto propio por internet, obvio sin decirle a nadie aún, se seguia sintiendo algo avergonzado respecto a eso.

Late Skirt Boy •°WONTON°• ✓ RIIZEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora