Polos opuestos (BBRAE)

La carta.

Narra Raven:

—Buenos días, Rae—. Dijo, entrando ruidosamente en mi habitación.

—¿No tienes ni un poco de resaca, Star?

—En absoluto, pero veo que tú sí; así que te he traído esto—. Me dio una pastilla para el dolor de cabeza y un vaso de agua.

—Gracias. Por cierto, ¿los chicos dónde están?

—Pues ayer me dijeron que se quedaban en un motel no muy lejos de aquí, supongo que vendrán dentro de poco.

—Qué bien. Por cierto, te tengo que contar algo.— Star dobló la cabeza lentamente hacia un lado, mostrando interés—. Ayer, Terra me dijo que nos podíamos llevar mejor.

—Me alegro mucho por eso.

—Sí, si no fuese por la condición que me puso.—Star me miró extrañada—. Me dijo que no me acercase a Gar.

—Y... finalmente aceptas que te gusta, porque si no, habrías aceptado enseguida.

—¿Qué? No. Simplemente, es mi amigo y no quiero dejar de hablarme con él. Además, estamos en el mismo equipo; aparte de vivir en la misma casa, sería muy raro no hablarle.  

—Lo que tú digas, amiga mía, lo que tú digas.

Narra chico Bestia:

—Todos estamos de acuerdo en que lo que pasó ayer es un secreto que nos llevaremos a la tumba, ¿cierto?

—Ni que lo dudes, Dick, ni que lo dudes...

Aún estaba mareado por lo de ayer, pero todavía recuerdo a la perfección lo que dijo Damian sobre Raven. De todas maneras, intenté despejarme la mente mirando por la ventana mientras íbamos a la torre; sin pensar en nada más.

En cuanto llegamos, me fui a mi habitación y me tiré en la cama. Luego escuché como Cy entraba en mi habitación.

—¿Cómo estás, Bestia? Apenas has hablado en el camino de vuelta a la torre, viniendo de ti, es bastante raro.

—Solamente estoy algo mareado por lo que pasó ayer.—Dije mientras me incorporaba en la cama muy lentamente.—¿Tú recuerdas algo de la conversación de ayer?

—Sinceramente, no mucho, solo como Damian nos contaba toda su vida.

—Ojalá yo tampoco recordase casi nada tampoco.

—¿Por qué?

—Por nada, déjalo.—Me tumbé de nuevo en la cama.

—Sabes perfectamente que hasta que no me lo cuentes no me voy a ir, ¿verdad? 

—Sí, desgraciadamente, lo sé. Me cuesta admitirlo, pero tenías toda la razón del mundo.

—¿En qué exactamente?

—Prométeme que no dirás "te lo dije", o algo por el estilo.—Asintió con la cabeza, así que procedí a contárselo.—Creo que me gusta Rae.

—Te lo dije.—Le miré fijamente y él me miró con una leve sonrisa.—No he podido resistirme, perdón.

Narra Raven:

Llegó el correo, así que me puse a mirarlo. Entre todas las cosas había una carta para Bestia así que lo busqué para dársela.

—Bestia, te ha llegado una carta.—Dije para después entregársela.

—¿Una carta? Qué raro, casi nadie las manda ya, pero gracias Rae.

Después de cenar, mientras Bestia estaba en la habitación de Cy, pasé por delante de su habitación y vi la carta. Se que estuvo mal, pero la tomé, y con mucho cuidado de que nadie me viese, la leí.

Querido peliverde:

Que sepas que no me he olvidado de ti ni un solo instante. Además, quiero que sepas que no me he rendido con nuestra relación, y espero que tú tampoco lo hayas hecho.

De todas formas, no quiero escribir mucho en esta carta porque cualquiera podría leerla, pero aun así quiero hablar contigo. Te espero este martes en la cafetería del centro comercial a las 17:00.

Te quiere, la mejor e inigualable, Terra.

Qué raro, Terra queriendo volver con Bestia por enésima vez. Pero bueno, que hagan lo que quiera, al fin y al cabo él puede tomar sus propias decisiones.

Escuché unos ruidos, así que me dirigí a mi cuarto. Antes de dormir, esa carta no paraba de darme vueltas en la cabeza; ¿y si acepta?, ¿Y si se hacen pareja otra vez y se olvida de nosotros?, ¿Y si...? Me di cuenta de que estaba prestándole más atención de la necesaria. Una parte de mí decía que me daba absolutamente igual, pero, sin embargo, otra parte de mí no quería aceptar aquello. De tanto pensar me dio mucho sueño, así que me fui a dormir.

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¿Qué os está pareciendo la historia? Espero que os esté gustando, nos vemos en el siguiente capítulo.