"Sombras y Silencios: El asesino y el mafioso" | Kookmin

Capitulo 2: Peligro y atracción

Jimin se encontraba en el techo de un edificio alto, observando a su objetivo al través de un rifle de alto poder.
Podía verlo claramente, sentado en un coche, acompañado de uno de sus guardaespaldas. Todo apuntaba a que se trataba de un importante político, un objetivo de alto riesgo
Jimin respiro lentamente y se preparó para disparar. Apoyó el arma en la baranda del frente del edificio y cerró un ojo, estabilizando su mano para tomar la puntería perfecta.
Justo cuando estaba a punto de presionar el gatillo, de pronto, oyó un ruido detrás de él. En un instante, se dio la vuelta, apuntando el rifle hacia la fuente del sonido.
Pero lo que vio lo tomó desprevenido, allí estaba Jeon Jungkook, luciendo tan atractivo como siempre, apoyado contra el marco de la puerta que daba a la escalera de incendios.
Jimin dejó escapar un suspiro frustrado, bajando el rifle.

-"¿Qué estás haciendo aquí?"- preguntó Jimin, irritado.

Jungkook se encogió de hombros y caminó hasta llegar a donde estaba Jimin. Él se apoyó en la baranda junto a él, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

-"Solo venía a ver como te manejas en estos trabajos"- respondió él, sin apartar la mirada de Jimin, y con una sonrisa traviesa en sus labios.
Jimin lo miró de reojo, molesto por su inesperada compañía.

-"Podrías haberme distraído y no hubiera hecho bien el trabajo"- dijo él, volviendo a mirar a su objetivo.

Jungkook soltó una carcajada.-"Sé que eres mejor que eso. Te he visto trabajar y no te dejas distraer tan fácil"- dijo él, con una sonrisa arrogante en su rostro.

Jimin bufó, pero no pudo evitar sentirse un poco halagado por las palabras de Jungkook. Aunque no lo admitiría en voz alta, sabía que el jefe de la mafia tenía razón.

Sin embargo, la presencia de Jungkook no hacía más que añadir tensión a la ya de por si tensa situación. Jimin podía sentir los ojos de él clavados en él, observando cada pequeños movimiento que hacía.

En vez de ayudarlo a concentrarse, Jungkook estaba sirviendo de distracción. Era como una tortura lenta, tenerlo tan cerca y saber que debía ignorarlo por completo para mantener su mente clara.