Manuel había desaparecido de la pequeña celebración que Lucero había planeado con sus hijos por su cumpleaños número 65, era la primera fiesta a la que asistía después del fallecimiento de su madre en septiembre, Lucero había invitado a sus amigos más allegados y a su familia, ella por supuesto se incluía aún en la familia de los Mijares, si bien la relación que tenía con su ex suegra había sido difícil, para Lucero la familia de Manuel siempre sería la suya, era más cercana a ellos que a su propia familia sanguínea, habían decidido celebrarlo en su casa por la misma intimidad que deseaban en ese momento.
A Lucero le entró la nostalgia, la familia de Manuel era extensa y Lucero disfrutaba de todo el ruido que los más pequeños traían, eso era una de las cosas que Lucero más extrañaba, desde su divorcio hacía una década que la casa se sentía vacía,mucho más grande y silenciosa, los Mijares traían consigo muchas risas y diversión, los sobrinos de Manuel la seguían llamando tía y mantenía con ellos una relación muy estrecha.
Buscó entre todos los presentes pero a Manuel no lo vio y eso la preocupó, se alejó discretamente y lo buscó por toda la casa, una luz tenue por la puerta entreabierta llamó su atención era la de la pequeña oficina que Manuel solía utilizar cuando quería estar solo, Lucero no había querido entrar a esa habitación porque todo lo que allí había le recordaba a él.
Encontró a Manuel sentado de espaldas a ella notó que se limpiaba una lágrima rápidamente
–Entra y cierra la puerta por favor
–¿Cómo supiste que estaba aquí?
–Tu aroma, además, no sé si sea igual para ti, pero cuando estas cerca del espacio en el que esté se llena de electricidad, es como si mis sentidos reaccionaran a tu presencia
–Manuel, ya hemos hablado de esto, sabes que estoy en una relación con Michel
–Lo comprendo, pero eso no va a anular lo que siento por ti
–Lo es
–No te comprendo
–Para mi es lo mismo, antes de poder verte mis sentidos se agudizan notando tu presencia, me pasaba desde que éramos novios, me pasa igual ahora
Lucero se acercó aún más a él y vio lo que éste sostenía entre las manos, era un retrato con su mamá, hizo que girara la silla y se sentó en el escritorio.
–¿La extrañas?
–Tuve muy poco tiempo con ella y a veces se siente como si no hubiera hecho lo suficiente por ella
–Y todo por mi culpa, nunca me perdonó que me haya divorciado de ti
–Era una señora mayor, debes entenderla, no comprendía de nuestras razones
–No, no estoy criticándola, estaba protegiendo a su hijo, y lo de hacer lo suficiente por ella, Manuel, eres el mejor hijo que una madre pudiera tener, como mujer te lo digo, siempre admiré la entrega, y el amor con el que cuidas a toda tu familia
Manuel solo sonrió y continuó observando el retrato que tenía entre las manos, Lucero se lo quitó de las manos logrando que por primera vez la viera a los ojos
–Me empieza a preocupar verte así, ¿qué más tienes?, puedes confiar en mí –susurró
–No es eso es que me da vergüenza
–¿el que?
–Que con los años me volví un viejo sentimental –se detuvo tratando de encontrar las palabras correctas para describir su estado de ánimo–Es la primera vez qué paso mi cumpleaños sin mi mamá, no me malentendiendas te agradezco este detalle y espero que esto no te traiga problemas, pero al ver esta foto me doy cuenta de que el tiempo se me está yendo de las manos y no me alcanzará la vida para disfrutar a nuestros hijos, me estoy haciendo viejo y me aterroriza pensar en que llegará el momento en que no pueda protegerlos... a los 3
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ONE SHOT SPAWLER (Lucero y Mijares)
Short StoryRelatos cortos inspirados en sucesos reales con toques ficticios.