Bajo la misma sombra

𝓽𝓱𝓲𝓻𝓽𝓮𝓮𝓷

La Alianza Inesperada

(01/08/98)Oficina de Madame Isabel

La academia estaba en un estado de alerta constante. La recuperación de la Llama de la Noche Eterna había sido un éxito, pero Leah y Peter sabían que la Orden de las Sombras Eternas no se rendiría tan fácilmente.

Madame Isabel había reforzado las protecciones alrededor de los artefactos, pero el peligro aún acechaba. Leah y Peter estaban en la sala de estrategias de la academia, junto con Madame Isabel y varios profesores.

Un mapa de la región estaba desplegado sobre la mesa, con puntos marcados que indicaban posibles ubicaciones de las bases de la Orden.

—Debemos ser proactivos —dijo Madame Isabel, señalando uno de los puntos en el mapa—. No podemos esperar a que la Orden haga su próximo movimiento. Necesitamos atacar primero.

Leah asintió, su determinación inquebrantable.

—¿Qué propones? —preguntó, mirando a la directora.

—Hemos localizado una base secundaria de la Orden en el bosque al este de la academia —explicó Madame Isabel—. Si logramos infiltrarnos y destruir sus suministros, podríamos debilitar significativamente sus fuerzas.

Peter miró el mapa con atención.

—Es arriesgado, pero necesario. Necesitamos un plan sólido y un equipo de confianza.

Leah y Peter fueron seleccionados para liderar la misión, acompañados por un grupo de estudiantes avanzados y profesores. Pasaron horas elaborando una estrategia detallada, asegurándose de considerar todas las posibles contingencias.

Esa noche, antes de partir, Leah y Peter se encontraron en la torre más alta, su lugar habitual de reflexión.

—Esto es importante —dijo Peter, mirando a Leah—. Pero también es peligroso. Quiero que prometas que serás cuidadosa.

Leah sonrió, tocando suavemente su mano.

—Lo mismo para ti, Peter. No puedo imaginar hacer esto sin ti.

El equipo se reunió en el borde del bosque, listos para la misión. El aire estaba cargado de tensión y anticipación.

Con un último suspiro, se adentraron en la oscuridad, avanzando en silencio hacia la base de la Orden. La base estaba bien protegida, con guardias patrullando y barreras mágicas. Con precisión y coordinación, el equipo desactivó las barreras y neutralizó a los guardias uno por uno.

Finalmente, llegaron al centro de la base, donde se almacenaban los suministros y las armas de la Orden. Leah y Peter lideraron la carga, lanzando hechizos para desmantelar las protecciones restantes.

—¡Rápido, debemos destruir todo antes de que lleguen refuerzos! —ordenó Peter, lanzando un hechizo de fuego hacia un grupo de cajas.

El equipo trabajó con eficiencia, desmantelando los suministros y asegurándose de que la base no pudiera ser utilizada nuevamente. Justo cuando estaban a punto de retirarse, una figura encapuchada apareció en la entrada.

—Pensaron que podrían infiltrarse sin ser detectados —dijo la figura con una voz fría—. Qué ingenuos.

Leah y Peter se prepararon para luchar, pero antes de que pudieran atacar, la figura levantó una mano.

—Espera. No estoy aquí para luchar. Estoy aquí para hablar.

El equipo se detuvo, mirando con desconfianza a la figura.

—¿Quién eres y qué quieres? —preguntó Leah, su varita aún alzada.

La figura se quitó la capucha, revelando a un joven con ojos intensos y una expresión seria.

—Mi nombre es Lysander. Era miembro de la Orden, pero ya no. Sé cosas que pueden ayudarles a derrotar a la Orden de las Sombras Eternas.

El equipo intercambió miradas, inciertos de si podían confiar en él.

—¿Por qué deberíamos creerte? —preguntó Peter, con desconfianza.

—Porque quiero detener a la Orden tanto como ustedes —respondió Lysander, su voz firme—. Han hecho cosas terribles, y he visto suficiente. Quiero ayudarlos.

Leah y Peter se miraron, sabiendo que necesitaban toda la ayuda posible.

—Está bien, Lysander —dijo Leah finalmente—. Pero si intentas traicionarnos, te detendremos.

Lysander asintió, su expresión seria.

—Lo entiendo. Y prometo que no los decepcionaré.

Con una nueva alianza forjada, el equipo se retiró de la base, llevándose consigo la esperanza de que, con la ayuda de Lysander, podrían finalmente derrotar a la Orden de las Sombras Eternas.

Mientras caminaban de regreso a la academia, Leah y Peter sintieron una renovada determinación y la certeza de que, juntos, podían superar cualquier desafío.