UN ACUERDO
AXEL
No sé por qué le pedí a Venus que saliera conmigo. No era algo que hiciera normalmente. Pero había algo en ella que me intrigaba, algo que hacia querer pasar tiempo con ella.
No esperaba que aceptara, pero lo hizo. Y ahora me encontraba con la tarea de planificar algo para hacer con ella.
No quería hacer nada demasiado... cálido. No era mi estilo. Así que decidí llevarla a un lugar neutral, un lugar donde pudiera mantener mi distancia.
La llevaré al museo de arte moderno. Es un lugar frío, impersonal. Perfecto para mí.
Y para ella, supongo. Aunque no estaba seguro de que quería.
Me encogí de hombros. No importaba solo era un acuerdo, un trato. Nada más.
Llegué a la casa de Venus a las 8 en punto. Cómo habíamos acordado. Ella salió con un vestido de color negro y unos zapatos de tacones del mismo color, y por un momento me sorprendió. No esperaba que se forzará.
No dije nada, solo asentí y le abrí la puerta de mi coche (si, tengo un choche) solo que no lo utilizo. Ella sube y toma asiento en silencio, mirando hacia adelante.
El museo estaba casi vacío, solo había unos pocos visitantes dispersos por las salas. Me gustaba así, no tenía que preocuparme por la multitud.
Venus se detuvo frente a una escultura abstracta, mirándola con interés. Su cabello rojizo caí en ondas suaves sobre sus hombros y terminado en su cintura. Y por un momento me distraje mirándola.
Yo me quedé a su lado, observándola en silencio. Me gustaba la manera en que se concentraba en el arte, la manera en que se perdía en propios pensamientos.
—No entiendo el arte moderno —me dijo, volviéndose hacia mi. Sus ojos verdes azulado me miraron con curiosidad.
Me encogí de hombros —No hay nada que entender. Solo es algo que debes de apreciar.
Ella se rió, un sonido sueve y musical. Me sorprendió, no esperaba que se riera. Y por un momento, me sentí... intrigado.
Seguimos caminando por salas, sin hablar mucho. Pero había algo en el silencio que me gustaba, algo que hacia sentir cómodo.
Seguimos caminando por las salas del museo, Venus se detuvo frente a una instalación de luces y sombras. Me quedé a su lado, observando la sin expresar ninguna emoción.
—Es interesante —dijo Venus, volviéndose hacia mi.
—¿Tu que opinas?
Me encojo de hombros —No tengo opinión.
Venus se sonrió, un sonido algo suave que me sorprendió un poco.
—Eres un hombre de pocas palabras, Axel.
No respondí, solo seguí mirando instalación. No quería demostrar ninguna debilidad o emoción.
Venus se acerco a mi, su rostro cerca del mío —a veces me preguntó que hay detrás de esa fachada fría —Me dijo, con su voz baja y suave.
No me moví. No respondí. Solo seguí mirando la instalación sin emoción alguna.
Después de un rato, Venus se levanta de unos de los bancos que estaban en la sala.
—Quiero caminar un poco —me dijo.
Asentí y me levanto también. Caminamos en silencio por el parque que estaba cerca, en un sumo silencio. Yo no tenía nada que decir, y Venus parecía pensar en algo.
Después de un rato, llegamos a un puente sobre un pequeño arroyo. Venus se detuvo y se puso a mirar el agua.
—Venus, ¿estás bien? —le pregunte, notando que parece distraída.
Ella se volvió hacia mi —Si, estoy bien. Solo estaba pensando algunas cosas.
No dije nada al respecto, solo la mire. No quería presionarla para hablara de sus problemas.
—Gracias por caminar conmigo, Axel —me dijo—Me siento un poco mejor ahora.
Asentí sin decir nada —Te llevaré a casa.
Ella asintió y caminamos hacia mi choche, que estaba estacionado en el calle principal. La lleve a casa en silencio, solo sonido del motor y la música suave que salia de la radio rompe el silencio.
Cuando llegamos a su casa, una hermosa residencia con un jardín bien cuidado y una fachada elegante (típico de personas adineradas), Venus se volvió hacia mi.
—Gracias de nuevo Axel —me dijo —Eres un buen amigo.
Me encogí de hombros —No hay de rarita —le dije —Buenas noches.
Ella sonrió ligeramente y salió del coche. La vi caminar hacia la puerta de su casa y entrar. Luego, arranque el coche y me fui.
Mientras conducía de regreso a mi apartamento (es un edificio), no pude evitar en pensar en Venus y en lo que había pasado de repente con su actitud. Me preguntó que era lo que estaba pensando, pero no tenía respuesta.
Llegué a mi apartamento y me fui directo a mi habitación, ni quiera tenía hambre. Me acosté en la cama y cerré los ojos, tratando de dormir.
Pero no podía dejar de pensar en Venus.
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HOLAA
Jejeje.
Otra vez yooo. Voy a estar actualizando se seguido, lo que significa que habrá más contenido.
¿Que le pasa a Venus? ¿Por qué su actitud?
Bueno, espero que disfruten este capitulo. No olviden sus votos y comentarios.
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El Dia Que Mi Mundo Se Detuvo
Romansa¿Estás preparado para enamorarte y sufrir con cada página? Es una historia de amor que te arrastrará a un torbellino de emociones. Dos almas destinadas a estar juntas, pero condenadas a sufrir por su amor. Un romance prohibido que desafiará el desti...