Harry se sentó a la mesa, con los pies apoyados en la unidad de aire acondicionado y un bloc de notas en la mano mientras revisaba páginas y páginas de informes. Los papeles se esparcían por todo el escritorio, la pequeña mesa redonda, el piso, la segunda cama, la cómoda... incluso en la parte superior de la televisión. Había pegado mapas a la pared y fotos de las escenas de los crímenes. En este momento, se encontraban en orden de fecha, pero las había movido mientras formaba ideas sobre cómo encajaban entre sí. Su concentración podría estar en los dos agentes asesinados, pero el asesino era demasiado fascinante y frustrante para dejarlo en paz.
Meditó sobre las ideas acerca de los cuerpos, la idea que Louis le había inducido anoche. Había hecho una lista simple de cómo se habían encontrado, y no podía dejar de pensar que el asesino seguía un guión de algún tipo. Dejó caer los talones, fue a la cama para enganchar las fotos de los objetos dejados en cada escena.
Con los gemelos se encontró un espejo dorado. Un par de anillos de plástico unidos como los de los disfraces de princesa para niñas con las compañeras de cuarto teñidas. Un par de placas de identificación de perros, con licencias de la rabia, fueron descubiertos por la doncella de la primera víctima después de que el hombre muriera de sobredosis de metanfetamina. Al lado de la prostituta, dejada en la sábana en medio de un cementerio, había dejado una pequeña caja de madera vacía.
Harry sabía que todo tenía sentido de alguna manera. Sólo que no lo veía.
El lento golpeteo en la puerta le interrumpió y alzó la mirada, inmediatamente en guardia. En teoría, debería estar bien, si había alguien allí para matarlo es probable que no llamara a la puerta. Aún así... tomó la pistola de la mesa y la sostuvo ligeramente detrás de él mientras caminaba hacia la puerta y miraba por la mirilla.
Louis estaba en el círculo distorsionado con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados, balanceándose ligeramente sobre sus pies mientras esperaba. Harry retiró la cabeza y parpadeó, luego retiró la cadena y abrió la puerta, metiéndose el arma en la cintura.
—Estoy despierto —murmuró Louis a modo de saludo.
Harry inclinó la cabeza y tiró de la puerta para abrirla aún más, divertido por el aspecto de Louis.
—¿Estás seguro de eso?
—No —se quejó Louis—. No dormí una mierda. ¿Y tú?
—En realidad no. Demasiada lectura antes de dormir. Mi cabeza está flotando. ¿Entras? Tengo café.
—Yo no tomo café —gruñó Louis mientras se quedaba en el pasillo—. ¿Alguna epifanía?
—¿Aparte de pensar que este tipo puede ser una especie de genio creativo? No. —Harry sacudió la cabeza—. Dame un minuto.
Se dio la vuelta y volvió a entrar en la habitación, deteniéndose en la cómoda para agarrar la cartera y metérsela en el bolsillo trasero de los vaqueros. No iban a ir con los trajes y las corbatas usuales para este trabajo con el fin de avanzar en la fachada inepto, por lo que sólo llevaba una camisa fina de algodón y pantalones vaqueros. Le traía recuerdos de sus trabajos antes de que hubiera sido arrojado a los Ciber.
Notó con un poco de diversión que Louis llevaba unos vaqueros desgastados que estaban perdiendo el denim en las rodillas y una camiseta de camuflaje que decía: "No puedes verme y estoy justo delante de ti" en letras amarillas pequeñas. Encima llevaba la chaqueta de cuero verde que desechó la noche anterior. Harry se preguntó si coordinaba sus ropas para parecer un vagabundo o si realmente lo era.
&Creo que hasta que sepamos cual diablos es la conexión, tenemos que concentrarnos en los agentes —estaba diciendo Louis mientras entraba en la habitación y dejaba que la puerta se cerrara. Echó un vistazo a las pilas de archivos con un ceño somnoliento y se pasó la mano por el pelo corto.
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Retirada (Larry Stylinson)
Детектив / ТриллерUna serie de asesinatos en la ciudad de Nueva York ha bloqueado tanto a la policía como al FBI, y ambos sospechan que el culpable es un solo asesino que manda un indescifrable mensaje. Pero cuando los dos agentes federales a cargo de la investigació...