Quizá Sunghoon no estaba en sus cinco sentidos pero era capaz de reconocer las cosas que en verdad le provocaban disgusto.
Su sangre ardió por alguna desconocida razón cuando el australiano que ya conocía de tiempo atrás, conversó con Sunoo, aumentó al mirarlos reír y explotó con el maldito shot que se escurrió por su dermis sin recato, atrayendo una risita nerviosa en el ojimiel.
Por ello, vio la oportunidad y la tomó, a sabiendas que seguramente habría una confusión general porque él nunca era partidario de los torpes juegos de alcohólicos.—¿Tú te ofreces?—Evelin no creyó lo que estaba escuchando, así que rascó detrás de su oreja confundida.—¿Estás diciendo como... convivir con nosotros?
Y si, era una sorpresa porque no es que Sunghoon fuera retraído pero era selectivo con sus amistades.
—¿Se puede o no?—espetó, curvando una ceja.
Bien, ahora el mundo le veía con rareza.
—Claro, ehm... ¿Tú estás de acuerdo con qué sea él?—la chica sondeó hacia Sunoo.
Absorto, el pelinegro dejó caer los hombros hacia abajo sin importarle nada más que vencer la penetrante vista del mayor tratándolo de intimidar. Ya era común, siempre era así.
—Perfecto—se animó a contestar y el castaño construyó una modesta sonrisa ante eso.
—Sigamos, ¿Tequila, vodka..?—la amiga de Jake repitió la pregunta, aligerando la pesadez rara del momento.
—Tequila, sí—Sunoo eligió sabiamente.
No perdieron el contacto visual en ningún instante, tenía los brazos cruzados y el mentón alzado con la corona de plástico mal colocada todavía. Sunghoon molió sus dientes, rechinando sus muelas con impaciencia.
—Toma—le fue entregado el vasito de su bebida—. A ver, tú tendrás para elegir...abdomen, espalda y pecho.
—Vale, pecho—la cuenta ni siquiera había empezado y él ya había contestado.
—¡Excelente! Ponte aquí, Park.
Se le dio la orden de sentarse sobre el sillón de dos plazas: en ese trago, su pecho tenía que estar un poco inclinado para que no se cayera antes de beberlo. Sunoo debía ser rápido si no quería terminar todo manchado.
El castaño no repeló, depositándose en el mullido mueble que habían dejado libre con ese propósito y recargándose de lleno en el respaldar. La fiesta retomó incluyéndolo a él y desapareciendo cualquier tipo de desazón.
Felix lo empujó suavemente, haciéndolo volver de su breve viaje astral y seguro de si mismo, avanzó hasta quedar enfrente del sofá.
—Quítate la camiseta, solo un momento—Sunoo pidió.
Sin reproches y velozmente, Sunghoon se quitó obedientemente la prenda, quedando desnudo de la cintura para arriba. Solo así, el menor pudo ver las clavículas marcadas del chico, los huesos resaltaban con dicha y sus tatuajes debajo de ellos llamaban la atención de los curiosos.
Intentó no ser muy obvio al tragar con dureza.
Se abstuvo de palabras y le colocó el trozo de limón frente a la boca, aguardando a que lo tomara entre sus dientes. Sunghoon no demoró demasiado en aprisionarlo por la cáscara, dejándolo a disposición.
—¿Listo?—vitoreó la pelirroja.
—Ajá.
La bulla inició.
—¡Shot, shot, shot!
Y así, Sunoo se acercó por completo al torso bronceado de su compañero de trabajo, vaciando el líquido embriagador sobre él y bebiéndolo al mismo tiempo ayudándose con su lengua. Se quiso reír cuando la piel de Sunghoon se erizó bajo el hecho y a sus oídos llegó un fino jadeo que le hizo cerrar los ojos mientras lamía todo el trago.
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Club Bengala || Sungsun
FanfictionSunoo disfrutaba de su empleo, realmente lo disfrutaba. Se esforzaba al máximo para mejorar cada día y sus compañeros lo trataban bien, brindándole la orientación que necesitaba. Menos Sunghoon. Ese chico maldito, con sus ojos color café y sus pómu...