Epílogo + Agradecimientos

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⊷⊶⊷⊷⊶⊷ 《🐺》 ⊷⊶⊷⊷⊶⊷

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Acomodarse a la vida en Francia era difícil, estar lejos de su familia, amigos, pueblo natal, hablar todo el tiempo un idioma que, aunque dominaba no era el suyo, dividir su tiempo entre el trabajo, el estudio y el tiempo que pasaba con los hombres de la casa, junto a las largas llamadas que tenía con los de Beacon Hills, pero a pesar de todo eso, Sophie estaba siendo feliz, cumpliendo el deseo que tenía cuando abandonó en lágrimas el pueblo que la vio crecer.

Vivir con Argent no era incómodo, y más cuando la mayoría del tiempo estaba fuera de casa, así que eran pocas las veces que coincidían los tres en casa, por lo que, cada que eso pasaba, celebraban cenando como si fueran una familia perfecta, algo que para los tres funcionaba teniendo en cuenta que toda su familia estaba muerta, o bastante lejos de allí. 

Sophie abrió la puerta del departamento bastante agotada por el día del trabajo, su mirada se fijó en Isaac, quién estaba bastante concentrado en la cocina, sin haber notado su ausencia, le dio una mirada rápida al resto de la casa, notando la ausencia de Argent.

—¡Estoy en casa!

El licántropo levantó la mirada enseñando una sonrisa a la castaña, dejó lo que estaba haciendo para caminar hasta ella abrazándola por cariño besando su cabeza, compartieron un momento pequeño en la entrada hasta que la castaña se separó para dejar sus cosas en la mesa de la entrada.

—¿Qué estabas haciendo? —preguntó mientras se sentaba en una de las sillas de la barra

—Buscaba una receta —explicó volviendo a la cocina—, quería sorprenderte con una cena.

—Aww, cachorro, eso es muy tierno —se mostró conmovida intentando ver que había elegido Isaac para hacer—, entonces, ¿qué es la cena?

—Pediré la pizza que te gustó en el restaurante italiano del otro día.

Sophie dejó escapar una carcajada al oír eso, mientras su novio pedía la comida a domicilio, ella se cambiaba por algo más cómodo que esa ropa de trabajo, una de sus compañeras le había pedido que la cubriera ese día, así que tenía que haber hecho un turno doble que la había dejado deseado recostarse en la cama a descansar por días. 

—¿Ese restaurante no está como a cuarenta minutos de aquí?

—Una hora dependiendo del tráfico —respondió acercándose a la bruja—, lo que significa, que tenemos el tiempo suficiente para disfrutar de nuestra compañía —comentó con una sonrisa apoyando sus manos en las piernas de la muchacha

—Argent podría llegar en cualquier momento —recordó apoyando sus manos sobre las de Isaac—, ¿te ha escrito o llamado?

—Su vuelo es mañana, Mack, así que, por hoy, la casa es para nosotros —se inclinó juntando sus labios castamente— No tenemos de qué preocuparnos, a menos, de que no quieras, no te voy a forzar a nada.

Sempiterno [Isaac Lahey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora