I. Neuer Anfang.

Para Adelaine Ricci la vida era una simple y compleja prueba, en la cual tenía que superar unos obstáculos y enfrentarse a los problemas

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Para Adelaine Ricci la vida era una simple y compleja prueba, en la cual tenía que superar unos obstáculos y enfrentarse a los problemas.

Después de lo que ocurrió en Italia, empezó a crear que habían más obstáculos que simplezas, ya que desde aquel macrobro y demacrado día, ella perdió todas las escasas esperanzas que tenía, y lo último que quería era llegar a la meta.

¿Y si llegar a la meta, fuera llegar al mismísimo infierno?

Llegar a la meta sería pisar el infernante calor que yacía en ella, te quedarías quemada, destrozada, pisada, y sobre todo odiada por tu creador.

Pero...¿A quién le importaba? Si lo único que pensaba aquella estúpida e inocente chica de 17 años era ser arrastrada por el mismísimo diablo, hijo de Lucifer, amigo de Satanás y sobre todo, aquel que retaba a su propio dios: Blaz.

Aquel hombre con fracciones perfectas la llevó a la ruina, la destrozó y sobre todo le cambio para mal, ya que el bien no era conocido por él, el bien huía de él, como si fuera el rey de la maldad.

Y no cabía duda de que no lo fuera.

Para aquel entonces fue devorada por él, ya que la alimentó de la maldad y le arrebató su pura inocencia, su tesoro, en resumen: su bien.

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Adelaine Ricci.

-¡NIÑA DESPIERTA, O NO LLEGARÁS A TIEMPO PARA EMMA!-escuchaba gritar a mi tía mientras me despertaba de mi irreal sueño de cuento de hadas.

Merda.

Merda.

Había quedado con mi mejor amiga, Emma, en el Bar Trinken. Este quedaba a unas cuantas calles a donde vivía, y aún ni me había alistando.

Era muy soñadora, siempre me lo recordaba mi tía Greta, una mujer de unos 50 años con un carácter fuerte y amable, Greta siempre decía que el que soñaba nunca saldría adelante, ya que se quedaba en su irreal mundo y les costaba bastante despertar de este.

Nunca le hice mucho caso a sus extrañas palabras, no me importaban.

Nunca me importarán.

Luego de tomarme una ducha con agua helada, me vestí, opté por usar unos jeans negros ajustados que combinan con la blusa holgada de mangas cortas y cuello en V, la cual era mi favorita ya que su color rojo ardiente me llenaba el ego.

Antes de salir del cuarto, me observé en el espejo.

Observé mi pequeño cuerpo, mi piel pálida hacía juego con mis ojos almendrados de colores oscuros, con toques verdes y unas inmensas bolsas debajo de estos, no lucía muy bien.

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⏰ Última actualización: Aug 04 ⏰

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Mi odiado Billonario © (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora