Capitulo cuarenta y dos.

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Narra Katherine

Miraba el cuerpo sin vida de mis mejores amigos, de las únicas personas que fueron amables conmigo porque querían y no porque debían.

No lo puedo creer.
Joseph... ¿Enserio mató a Verónica por un estúpido berrinche? ¡¿Enserio mató a dos personas por un berrinche?!

Ya para este punto no podía evitar las lágrimas, las voces de Zafiro y Aracelis no dejan de decirme cosas que no puedo entender.
Miro a Joseph una vez más, esperando que entienda la decepción en mi mirada.

Aracelis: Mátalo, Katherine mátalo, tal y como el mató a nuestro primo y mejor amiga.

Zafiro: ¡No! Katherine, el es tu mate no lo puedes matar así como así, solo... Sal de allí y ve a refrescarte.

Asentí y decidí seguir el concejo de Zafiro, en este caso no es bueno actúa sin control de mis pensamientos.
Besé la frente de mi primo y salí de allí lo más rápido posible.

Debo admitirlo, me cuesta mucho hacer uso de mis poderes pero bueno, eso se arreglará a su debido tiempo.

Veía el bosque ya aproximándose y sonreí, después de tanto tiempo en aquel calabozo...
No puedo describir la alegría que me da el poder volver al río y descansar un muy largo rato.

Solo espero poder estar sola.
Bueno, casi sola.
Con Zafiro y Aracelis.

Es algo extraño el como me siento.
¿Me duele? Si, me duele el cuerpo y mucho pero hay algo que más me duele y es lo que hizo Joseph, osea el... No lo entiendo, enserio... Su comportamiento no es normal.

Nada en el lo es.

Y si... ¿Y si Aracelis tiene razón? Desde que Joseph llegó a mi vida no me a causado otra cosa que no sea dolor.

Primero con el robo de mi collar, después con el a verme arrastrado hasta está maldita pandilla, luego está el hecho que perdí a mi familia para vivir con el y así podría seguir nombrando tragedias hasta llegar al dolor que me causa sus acciones.

Así que si.
Le haré caso a Aracelis... Mataré a Joseph aunque sea lo último que haga.

Me limpió las lágrimas que bajan por mis mejillas y me levanto, dispuesta a volver a la cabaña para poner en marcha el asesinato pero hay algo que capta mi atención.
Una persona.

Es uno de los lobos que vi aquella vez.

-¿Katherine cierto? - dice asercandose peligrosamente a mi.

-Si...

-Hola, soy Phelan.

-¿Phelan? ¿Qué carajos es eso?

-Significa lobo pequeño y gracias por esa palabra, se nota que te educaron - dice con sarcasmo, consiguiendo que las ganas de matarlo suban.

-¿Qué quieres?

-Tienes un olor un poco... peculiar. Los hombres lobos hemos escuchado que eres híbrida pero todos creíamos que habías muerto.

-Si, soy híbrida pero eso no te importa así que lárgate - ya me estaba molestando, pero más que ofenderlo, eso pareció sorprenderlo.

-Disculpa lindura pero no.
Quiero que vengas conmigo a mi manada y no voy a aceptar un no por respuesta.

Me reí de su comentario, está bien loco si piensa que me iré a no se dónde con un extraño.
Cuando lo volví a mirar ya no tenía a un chico enfrente de mi, tenía a un lobo.

Carajo esto se pondrá feo.

-Ey Phelan cálmate...

El lobo me gruñó, pero había algo que no me cuadraba.
Al voltearme lo entendí.

No me gruñía a mí.
Le gruñía al vampiro detrás de mí.

-Alejate de ella sarnoso - le dice Joseph poniendo enfrente de mi.

-¿A quien carajos le as dicho sarnoso? - le respondo molesta, aunque se que iba hacia pero aún así, no tiene derecho alguno de tratarlo así.

-Al lobo no a tí - me responde serio - es un pulgoso, que asco me dan los lobos.

Y esa fue la gota que derramó el vaso.

Phelan se abalanzó sobré Joseph cuando esté me estaba mirando, el lobo intentó morderlo pero Joseph lo pateó lastimandolo. No me está dando lastima pero aún así, acaba de ofender a los lobos en general y Zafiro no está muy contenta con eso.

Yo intervengo en la pelea.
Jalo el brazo de Joseph haciendo que esta desvíe su golpe del lobo, logro hacerlo alejarse pero se reincorpora rápidamente.

Me pongo en posición de combate frente a Joseph, dejando a Phelan atrás de mi de forma protectora.

-Vuelve a pegarle y te rompo los colmillos a golpes.

-Ohh Katherine, no estoy para juegos, mejor quítate y deja que me encarne de ese sarnoso.

No le respondí, deje que el puño que le di en la boca del estómago hablara por mi. Cargué a Phelan y me lo llevé a de allí, no se a dónde pero me lo llevé.

Phelan se sentía muy ligero en realidad, aunque parece inconciente pero espero que esté bien.

Zafiro: Katherine, vamos a MF, allí atenderán a Phelan.

-¿Dónde carajos queda eso?

Zafiro: Deja que el instinto te guíe.

Araceli: Pero dense prisa, Joseph nos está pisando los talones.

Le hice caso a mi loba y Vampira, empecé a correr y saltar dejando que el instinto me guíe.
Aunque debo admitir que me siento perdida.

Seguí corriendo por aproximadamente una hora, cuando mis piernas ya no dieron para más, en ese entonces me dejé caer al lado de un árbol.

Sentí a Phelan removerse en mi costado, acaricié su pelaje antes de caer dormida.

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En medio del caos⅓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora