14: Boquita sucia

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Ginny regresó a su mesa temblando de pies a cabeza, bueno, hasta el ligero mareo se le había bajado, tomando su bolso, se retiró de inmediato y al llegar a la intimidad de su habitación, necesitaba desahogarse ¿Con quien? No tenia muchas amigas, casi todas eran muy hipócritas porque la pelirroja aparte de guapa, andaba con Potter

Claro que pensó en una, la única que era mejor amiga de Harry y que sin duda, podría confiar en ella, porque sin duda, no le diría nada al pelinegro, tomó papel y pluma y de inmediato escribió una nota y la envió al instante, mientras que ella quedaban encerrada en su habitación, despierta, sin cambiarse y tocando sus labios, recordando palmo a palmo, aquel excitante beso.

La carta fue rápida… Hermione estaba mucho mejor, salía del baño cuando vio la carta aparecer de la chimenea directo a su cama, fue hacia ella y al verla se le hizo extraño que a esas horas de la madrugada llegara carta de Ginny ¿Sería que algo le había pasado a Ron?

“Hermione; tuve la necesidad de escribirte esta carta, porque la verdad, me ha pasado algo que fue sin querer, no planeado, ni siquiera pensado y si no se lo cuento a alguien explotaré, a lo mejor estoy abusando de ti porque no te estoy mirando de frente pero… la verdad es que esta noche me ha besado alguien que no es Harry y lo más tenebroso del asunto, es que me ha gustado

¡No se que hacer! Ni Harry ni ningún antiguo novio, me había besado con esa hambre y esa pasión ¡Yo se que tu quieres mucho a Harry y yo también! Pero después de esto, de que otro hombre me ha besado, comienzo a dudar de mis sentimientos hacia él. Me siento muy asustada.

Espero que no te enojes mucho conmigo, siento que he traicionado a mi novio y a todos, deseo de todo corazón que me escribas algo, aunque sea para decirme que soy una estúpida. Atte. Ginny”

Hermione suspiró largo y profundo

-¿Cómo te voy a decir que eres una estúpida cuando yo misma hice lo mismo que tu? – Se dijo así misma - ¿Y solo por un beso te has puesto así? Si supieras que yo hice algo peor para con Ron, lo mío superó todo, el acostarme con Malfoy, lo dice todo, pero eso no te lo puedo confesar a ti… ni a nadie…

Sin embargo, le escribió a la pelirroja, palabras de consuelo y en su propia experiencia, diciéndole que si notaba que no lo quería lo suficiente, pues era mejor que todo aquello terminara de una vez

-¿Quién eres para dar consejos Hermione? – Susurró – Si tu estás igual ¿A poco seguirás de novia con Ron cuando salgas de aquí? Ya no se ni lo que siento por el… ¡Porque yo no quiero a Malfoy! Solo es, tensión, solo pasión, no hay nada más…

Envió la misiva a Ginny y se volvió a recostar, quizás, por la mañana pensara mejor las cosas. ¡Pero que va! Al día siguiente, fue distinto, Hermione estuvo todo el día fuera de su habitación para felicidad de Wynne, quien anduvo tras ella sin que su padre le dijera algo, aunque al principio la castaña dudaba…

Al ver a Draco tan tranquilo, como si nada sucediera, decidió relajarse, pese a que ella aún sentía que sus mejillas le ardían al recordar ciertas cosas pecaminosas, pero al menos notó que la tensión había disminuido, que se sentía mucho mejor y podía estar conviviendo con ellos

Desayunaron juntos, tomaron el te juntos hasta que hubo un momento en el que Wynne se puso a dibujar dándoles la espalda en el piso, Hermy y Draco se quedaron en el sillón, mirándola por un largo rato, hasta que ella decidió romper el silencio

-Es hermosa…

-Lo se, se parece a mí – sonrió con arrogancia

-¡Dios!

-Me da gusto que no te la pasaras encerrada, le gustas a Wynne, aunque no me gusta el hecho de que se acostumbre a tu presencia, la distraes del encierro, de otro modo no se que hubiera pasado estando sola, porque no podría salir, sobre todo el tiempo en que yo pasé enfermo…

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora