17: Un... ¿Te amo?

391 37 0
                                    


¡No pues! Si mija cantaba toda esa mañana y tarde, estaba contenta, había desayunado con Draco y su hija, quien estaba fascinada con tener a Hermione cerca, los miraba con curiosidad, quizás esperando alguna señal tenebrosa de acercamiento, pero nada, los dos eran muy discretos

Pero no visualmente, Hermione cada que miraba a Draco, encendía su fuego, recordarlo desnudo por la mañana, con ese cuerpo increíble, con el modo sensual de caminar y atraparla como un felino en celo, más que una serpiente que se enredaba a su cuerpo, parecía un depredador

¡Si, depredador, destrózame! Ese era su pensamiento ¡Demonios! Y faltaba mucho para la noche, luego contaba con que a Wynne no le dieran ganas de dormir con su papi porque habían noches de pesadillas que ella quería cerca de su padre según le había contado el orgulloso rubio

Se mordía los labios de solo recordar su manera de atraparla en sus brazos y arrastrarla al laberinto sensual de sus besos y abrazos, su boca recorriendo cada rincón de su cuerpo, los mordiscos que le daba y esa lengua tan traviesa que merecía un premio por todo lo que le hacía

¡Por favor, el premio a Dios del Sexo a Draco Malfoy! (¡Que exageradita!)

Claro que durante la tarde, eran miradas, suspiros y recuerdos, cuando sus miradas se encontraban, el gris intenso de los ojos de Draco se fundían con los ojos chocolatosos de Hermione, fundir un trozo de metal con chocolate era una mezcla tan extraña como ellos dos haciendo el amor

Claro que cuando podían, cuando Wynne no los veía, se portaban mal, de pronto el la atrapaba entre sus brazos y le besaba los labios apasionadamente, claro que no era fácil para el quitarse a la sanguijuela lapa de Hermione, porque lo apretaba a su cuerpo y se enredaba en él y no lo dejaba escapar

Solo hasta escuchar la dulce voz de Wynne es que lo dejaba ir, medio excitado, pero en control de sus emociones, y ella quedaba pegada a la pared, sudando y respirando con agitación mientras su cuerpo le reclamaba esos arrimones y sin nada más de acción ¡Su cuerpo le gritaba que deseaba ser satisfecho!

Maldita ninfomana… lo único que quería era abusar del cuerpo del rubio, que le cumpliera, pero con la dulce niña de por medio, no podía hacerlo, porque ella la adoraba y no le quitaría a su padre solo por sus sucios deseos.

-¡Mira Hermione, te hice un dibujo! – Le mostró orgullosa aquel dibujo que su padre le había reprobado – Estamos los tres juntos…

-¡Que bonito!

-Aquí estamos los tres… ¿Lo quieres verdad?

-¡Claro que si Wynne, pintas muy bien!

Pasaron la tarde juntas, cantaron y jugaron, Draco leía un libro pero no pudo evitar ver a las dos mujeres que reinaban su casa, como si fueran madre e hija, y es que ella le permitía a Wynne que la abrazara, que jugara con su pelo, se ella misma la acunara en sus brazos

Claro… siempre le había echo falta su madre, eso lo sabía

Por la noche, cuando Wynne ya estaba acostada en su habitación, Draco abrazó a Hermione y le miró de un modo distinto, sus ojos grises estaban cargados de muchísima ternura, el amor flotaba en el aire, sin duda, ella había sabido ganarse a la niña, al rubio, se lo había robado más que ganado

-¿Ya te di las gracias por salvar a mi hija y a mi?

-De repente se me olvida todo al mirarte – confesó perdida entre esos ojos grises tan profundos, tan intensos, tan brillantes, del color más hermoso que hubiese visto nunca.

-Gracias – le dijo de modo mezclado la ternura con lo sensual…

-Bésame – fue toda la respuesta de Hermione hipnotizada por esos ojos

Y fue cuando Draco le dio el beso más increíblemente sexy del mundo, porque era una mezcla entre suave e intenso, ya que el roce de sus labios era suave, pero su lengua exigente, le estaba dando una cátedra del mil y un modo mover la lengua, el ligero contacto de sus labios podía resultar mucho más erótico que de costumbre, no había dientes que chocaran, solo eran los labios llenos de terminales nerviosas y la lengua traviesa

-Te amo – de pronto se le escapó a Hermione entre tanta cachondería, Draco por un momento paró sus labios pero ella seguía lamiendo los suyos ¿Lo había dicho porque lo sentía o solo por el momento? parecía no darse cuenta porque se aferró al cuello del rubio y exigió mucho más que un beso.

-Hermione – susurró Draco unos minutos más tarde

-¡Ah, ya se lo que quieres! – sonrió ella de modo travieso

-No, no es eso, es lo que dijiste – Dijo el rubio casi sin voz, pero ella ya descendía por su cuerpo, buscando las partes sensibles de Draco, sin duda, el estaba confundido ¿Qué había significado ese “te amo”? ¿Era en serio? ¿O solo era por decir algo?

Iba a protestar a exigir una respuesta, pero Hermione había encontrado su tesoro escondido y le estaba dando un servicio bastante explícito y complaciente que si abrió su preciosa boca masculina fue para…

-¡Oh, cielos, Granger!

Y fue el comienzo de una guerra de sexos, de cuerpos y de pasiones sobre la cama, sobre la alfombra o inclusive en el baño, mientras que en el exterior, comenzaba otra tormenta, si bien las ventanas estaban clausuradas, podían ver el exterior, y los truenos se dejaban escuchar y sentir…

Mientras que la tormenta en la alcoba termino temprano, de cierto modo, los dos querían estar juntos y abrazados, hasta la ahora si satisfecha Hermione, reconocía que no podía exigir más de lo que el ya le había dado, era momento de calmarse y tenerlo abrazado, su cuerpo tibio era maravilloso.

Y menos mal… Porque los truenos y relámpagos hicieron que Wynne se despertara asustada y con osito en mano se fue a la recámara de su padre, abriéndola de golpe y Draco se levantó asustado…

-¿Wynne?

-¡Papi tengo miedo! – Susurró

-¿Qué? -  Hermione se incorporó de la cama y se puso pálida igual que Draco, los dos no supieron que decir, suerte que Hermy se había puesto de nuevo su ropa sexy de dormir y Draco al menos el pantalón

-Está muy feo el cielo… tengo miedo…

-Amor…

-¿Verdad que me dejas dormir con mi papi, Hermione?

-¿Eh? - ¿Cómo? ¿Wynne le estaba pidiendo permiso? – S-si… claro… por supuesto

Y la pequeña de inmediato se subió a la cama y ella lentamente se deslizó, era hora de regresar a su habitación, pero la pequeña lanzó un chillido y ella le miró con atención al tiempo que Draco

-¿Por qué te vas?

-P-pues para que tu padre y tu duerman a gusto…

-¡No! ¡Quédate! Entre los dos me cuidan…

-Pero Wynne…

-¡Ya se que duermes con mi papi! Así que ahora yo quiero dormir con ustedes, solo por hoy, me dan miedo los truenos… ¿Verdad que si papi?

-S-si, claro…- Hermione se volvió a meter entre las sábanas, mirando como Wynne se acomodaba con el señor oso, un poco ruborizada ¿Cómo que ella ya sabía que dormía con su papi? Pero la pequeña se durmió luego, y se notaba contenta.

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora