♡ ✨ ᪤ Maldito Tomioka! 𔘓 ! # ᯤ ა [PAUSADA]

𔔀 ꉂ 🌹 ¡ Chapter 8 ! ₍ᐢ..ᐢ₎ ⋆ 🦑

A las cinco y media de la mañana Giyū se despertó, no logro conciliar el sueño nuevamente por lo que decidió salir al patio trasero. Cuando se puso su uniforme de entrenamiento -que consistía en un pantalón ancho y una camisa blanca- notó que había un vaso con un líquido morado/azulado dentro.

-"Es la medicina de Sanemi... ¿Por qué está aquí?" -pensó, luego sus ojos se abrieron ligeramente.- "¿Se la habrá tomado antes del almuerzo? Si no lo hizo, la técnica de sangre demoníaca de la demonio va a hacer efecto..." -se frotó los ojos con temor. Recordó la pequeña charla que había tenido con la chica antes del festival, suspiró y se tranquilizó.- "De seguro si se lo tomó. Después le pregunto."

Terminó de alistarse y salió al patio de entrenamiento. Únicamente tenía una taza de café, pues no tenía hambre. Comenzó a entrenar, cortando unos palos de bambú gruesos que estaban amarrados juntos. Estuvo así un buen rato, cuando se aburrió se fue a bañar, colocándose el uniforme de cazador y dirigiéndose a la biblioteca. Quería buscar información sobre las técnicas de sangre más comunes. Las heridas de Sanemi aún no curaban por completo, aún tenía que utilizar vendaje por casi todo el cuerpo, pero ya no le dolía.

Kochō había advertido de la importancia del medicamento, y que habría consecuencias al no beberlo. Pues era principalmente para evitar que la técnica demoníaca de la luna inferior lo afectase.

-Espero encontrar algo... no me gusta este mal presentimiento. -frunció el ceño y comenzó a leer uno de los libros-.

Pasaron unas horas, ya eran las siete. Giyū escuchó la puerta de la biblioteca abrirse y miró de reojo, divisando la figura del albino.

-¿Vienes recién despertando?

-Uhjum... -asintió mientras se frotaba los ojos, se acercó y apoyó su mentón en la cabeza de Giyū, abrazándolo por el cuello-.

-¿Te pusiste ropa?

-Uh-hu... -negó con la cabeza, pero sin separarse del azabache-.

-No puedes estar solo con eso por toda la casa. Los otros podrían verte. -cerró el libro y agarró el brazo de Sanemi, atrayendolo y sentandolo en su regazo-.

-Están durmiendo, dudo que despierten pronto. Ayer los hize correr demasiado... -bostezó y apoyó su cabeza y espalda en el pecho de Tomioka-.

-Igualmente, no quiero que te vean así. Tienes las piernas al descubierto. -frunció el ceño y se quitó la haori, colocándosela encima de las piernas a Sanemi-.

-Bien... después iré a vestirme. -se encogió de hombros y se acomodó encima de Giyū-.

-Oye, ¿cómo va tu herida?

-¿Uh, cuál herida?

-La del pecho, cadera y piernas. De la misión que fuimos con Iguro.

-Ohh, bien, no duele. Pero si arde, y cuando me quedo quieto comienza a calentarse un poco mi cuerpo.

-¿De verdad? -alzó una ceja, confundido.- ¿Te tomaste la medicina ayer? Recuerda que eran tres vasos, uno antes de cada comida.

-Se me olvidó la del almuerzo.

-¡Sanemi! -lo tomó por el mentón y lo obligó a mirar hacia arriba, haciendo contacto visual.- ¡No podías saltarte ninguno! Quizá por eso es que te arde.

-Da igual, ¿que puede pasar?

-Te rasguñó una luna inferior, por lo tanto puede aplicar su técnica demoníaca.