CAPÍTULO 28: Traición

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ABRY:

Cuando me despierto, me estoy muriendo de calor. Intento apartar a David, pero pesa demasiado. Me abraza con fuerza con un brazo en mi espalda y el otro en mi vientre. Le cojo con cuidado la mano y la voy apartando poco a poco hasta que tengo el espacio suficiente como para levantarme. Él gruñe en sueños y alarga el brazo, pero al no encontrarme, abre los ojos de golpe.

-Pensaba que te habías ido.-dice aliviado.

-Solo tenía calor.

-Me habías asustado. Vuelve a la cama, anda.

Sonrío, y me tumbo junto a él, con la cabeza apoyada en su pecho.

-Te quiero.-susurra.

-Te quiero.-contesto.

-Repítelo.-me pide.

-Te quiero, te quiero, te quiero...-susurro mientras levanto la cabeza para mirarle.

-Te quiero muchísimo, Abry Brown.

-Te quiero muchísimo, David Wate.

Y como no podía ser de otra manera, mi teléfono empieza a sonar, rompiendo la burbuja en la que he pasado semanas. Él me pasa el móvil, no sin saber antes quien me llama. Frunce el ceño y me lo pasa. Entonces miro la pantalla. Marcos. Yo también frunzo el ceño, pero mi curiosidad gana la batalla y necesito saber qué es lo que tiene que decirme.

-¿Si?

-EH... Abry... Tengo... Quería... Tú...

-¿Qué?

-Yo... Es... Es... Molly.

-¿Qué pasa con esa?

-Ella y... Ella y Jason... Han... Ya sabes...

-¡¿Que!?

-Yo... ¿puedo ir a verte?

-EH... Si claro. Estoy en la fraternidad del campus. ¿Vienes?

-Claro. Gracias.

Cuelgo.

-¿Que cojones ha sido eso?

-¿El qué?

-Eso. Estábamos... Bien y tú has dicho a tu ex, que venga a mi casa.

-Somos amigos.-replico.

-Ya veo.

-David...

-¿Que quieres Abry? ¡Vete! ¡Vete detrás de él! ¡A mí me da igual!

-Si me echas, no vuelvo. Más vale que lo tengas claro.

-Vete.

Cojo mi bolso y salgo pitando de esa habitación con lágrimas en los ojos. Va a ser que es verdad que no pasa nada bueno en esta fraternidad. Cuando llego a la puerta, me encuentro con Jason, con la cara entre las manos, sentado en las escaleras de la puerta principal.

-¿Cómo has podido?-susurro.

-Abry... Yo...La quiero.

-¿A cuál de las dos? Es que no me ha quedado claro.

-A Sophie. La amo. Fue un error. El peor error de toda mi vida. Vengo de contárselo. He muerto. Verla así... Por mí. Me ha partido el corazón en mil pedazos.

-Apuesto a que ella siente algo peor a eso.

-Yo... Lo siento.

-¿Lo sientes?

No debo haberme dado cuenta de que ha llegado un coche porque apenas soy consciente de lo que está pasando cuando me encuentro intentando separar a Jason y Marcos, que han empezado a pelearse.

-¡Ya basta!-grito.

-¡Cabrón! ¡No tenías derecho! ¡Ella era mía!

-Adelante. Pégame. Sé que lo merezco.

-Mira en eso, voy a darte la razón.

-¡Parad!

-Abry, vete.-musita Jason, desde el suelo.

-De eso nada. Créeme, Marcos, yo también quiero matarlo ahora mismo. Aunque no entiendo por qué tanta chorrada por esa...

-Acaba la frase por favor.-me espeta Marcos.

-Guarra. Pelirrosa. Diabólica.-digo. A él se le oscurecen los ojos, y aprieta la mandíbula.

-Vete.

-Curiosamente eres la tercera persona que me dice eso hoy, y ya lo he hecho una vez, no voy a permitir que vuelva a suceder. Y te recuerdo que eres tú el que me ha llamado.

-Déjame en paz. Vete. Has cambiado mucho, Abry, y no precisamente para bien.

-Tú también. Me enamoré de ti, Marcos, pero de la noche a la mañana, dejé de importarte. Dejaste de hablarme. Y me permití dejar de desear que lo hicieras.

-Eso no fue así.

-¿Y cómo fue?

-Tus... Da igual. No quiero hablar de esto.

-Continua, por dios.

-No. Llama a Sophie. No creo que esté bien.

-Que te den, Marcos. Ah... Y si muere... Será culpa tuya.-digo señalando a Jason.

Me subo en mi coche y admiro como el puño de Marcos vuelve a encontrarse con la mandíbula de Jason. De repente, la puerta principal se abre y mi macarra aparece corriendo.

-¡Abry! No quería decir eso. Lo de antes.-susurra contra mi ventana. Arranco el motor y conduzco hasta la casa de Sophie.

UNA DE ELLOS en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora