Capitulo 6

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Me meto a la casa cerrando las dos puertas con una extraña sensación en mi pecho. ¿Por qué hoy todos están actuando tan raro de repente y porque me estoy sintiendo así? ¿Será que me están echando a un lado y ya nadie me quiere tratar y lo de las cartas es un sucio juego?

-Le estas dando mucha vueltas al asunto. Solo deben de estar cansados todos, eso es lo que pasa-digo para mis adentros para tranquilizarme.

Viendo todo a mí alrededor, consigo que estoy completamente sola en este gran lugar. Papá y mamá no están; capaz están encerrado en el cuarto viendo la televisión. Mirando de un lado a otro decido por meterme al garaje para sacar la pintura de ahí ya que por el polvo y los bichos; prefiero que esté en mi cuarto, donde puede que decore mi pared para darle ese toque vintage que tanto me gusta.

Caminando con un poco de rapidez me adentro en lo profundo de la cochera y consigo la luz prendida del rustico lugar y en todo el centro el caballete con la pintura mirando hacia la puerta. Estando a dos pies de la puerta me entra el miedo de si terminar de entrar al lugar para agarrar la pintura o dejarla ahí y salir corriendo; no sé cómo explicar esto, pero ver todo esto así me da miedo, es como la escena de una película de terror de asesinos locos que quieren secuestrar a sus víctimas y así. Puede que le esté dando mucha vueltas al asunto pero ver esta escena me da miedo de adentrarme por más que sea por algunos segundos.

Doy pequeños paso hasta estar cerca del caballete y tomo el lienzo saliendo corriendo hacia las escaleras subiéndola lo más rápido que mis piernas me permiten. En un abrir y cerrar de ojos me encuentro en mi cuarto con la pintura en mano. Y es que menos mal que ya está seco porque si estuviese húmedo, como lo estoy agarrando de mala manera ya se hubiese dañado por completo.

Bartolomé que estaba dormidito encima de mi almohada se levanta estirando sus paticas y me recibe con su "Miau Miau", mirándome con sus ojos entrecerrado por el sueño. Yo también estoy así, y es que no he dormido nada desde ayer. Sí, lo sé, no debí trasnocharme como lo hice, pero es que no lo pude evitar. Este chico me ha dejado con un gran enigma, y eso es algo que siempre me ha atraído desde muy pequeña. Él, por más que no sepa quién es a despertado una chispa dentro de mí, y es que esta manera de llamar la atención me parece tan única y encantadora, que es casi imposible que no intente averiguar quién puede que sea.

Este enigma, este misterio que rodea a este chico hace que intente investigarlo para descubrir si lo conozco o no. Capaz me lleve una sorpresa, o tal vez no, tal vez la expectativa que tenga de él sea muy alta, me lo imagino alguien guapo, con carisma, con dualidad, y con sensibilidad, pero puede que me lo esté escribiendo alguien, feíto, con habla vulgar y ordinario, y no esté pendiente de los sentimientos de los demás con la mayoría de las personas solo para "engancharme".

-Miau.

Bajo la mirada y veo a Bart restregándose entre mis piernas para tener mi atención. Me agacho dejando la pintura a un lado, entre la pared y la cómoda que tengo. Estando con las manos libres agarro a Bartolomé por los costados y lo levanto para poderle besarle la naricita, a lo que este se lame parpadeando lentamente.

-Te amo mi gordito~

Él solo cierra sus ojos y ronronea fuerte dejándose cargar por mí, cuando lo habitual es que empiece a patalear como un nenito hasta dejarlo en el suelo, pero esta ocasión no es así. Viendo que Bartolomé está súper sumiso me lo llevo a mi cama y me acuesto con él al lado como si fuese un peluche y apago la luz de la lámpara para dormir un rato. Me acomodo en la cama y antes de cerrar los ojos tomo el celular para programar la alarma para poder dormir bien. Desbloqueo el móvil y pongo la alarma para despertarme en hora y media, ya que son las 12:20 A.M. y no puedo pasar todo el día dormida ya que después no le saco provecho a nada del día. Pongo la alarma y me acomodo para comenzar a dormir.

Pintame una noche blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora