Fue en... ¿Marzo o abril?

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Ese día había venido de visita mi sobrino Leo, para eso mi sobrina Ainhoa; la cual vivía en mi casa, también estaba, por lo que di la idea de llevarlos al parque ya que todos estaban ocupados. Antes de salir decidí maquillarme y cambiarme, mientras estaba en ello, mi mejor amiga Amanda me hizo una videollamada y nosotras hablábamos mientras terminaba de arreglarme, mis sobrinos me insistían y me preguntaban cada cierto tiempo si íbamos a salir y yo decía -a veces harta- que me esperaran. Luego, cuando ya estaba lista, le dije a Amanda que la llamaría después para así salir.

Estando en la puerta, les dije a mis sobrinos que se agarraran de la mano para ir a los juegos y que se portaran bien. Ya llegando al parque fuimos directamente a los juegos inflables, le pagué al encargado por cada uno y les dio el tiempo de 20 minutos para jugar. Leo se subía al inflable de forma ágil y rápida como los otros niños que se encontraban ahí, pero a Ainhoa le costaba un poco más e iba de forma lenta. En una de las caídas que los niños daban desde la cima del juego Ainhoa cayó bruscamente y se le dobló un poco la pierna, lo cual no fue nada grave. Sin embargo, -mi querida sobrina que es un poquito exagerada- empezó a dramatizar y a llorar exclamando: "¡Mi pierna se ha roto!". Al notarlo, me acerqué y le expliqué que no, no era así, pero ella seguía llorando y yo no tuve más remedio que cambiarla al otro juego, el cual era el trampolín.

Al hacer el cambio de juego, Leo lo notó y quiso pasarse al trampolín, por lo que salió del inflable y siguió a Ainhoa. Ya estando ellos allí, yo seguí vigilando y cuidando de que no se lastimaran o un extraño se acercara, como una buena tía -obviamente-. Aunque de paso jugué con ellos y me divertía, pero también renegaba por Leo un poco porque a veces era un poco tosco y tenía miedo por Ainhoa ya que en ese tiempo era muy sensible. En el juego había unas pelotas en las que te podías subir y brincar en el mismo trampolín, así que les di la idea de subirse a una pelota cada uno y hacer una competencia de quien llegaba de un extremo a otro más rápido, en todo el rato los animaba y hacía barra mientras reía, pero renegaba a la vez.

En todo el loquerío, atrás de los juegos había una rampa en la que podías bajar para dar con el lugar y yo noté; entre todas las personas que bajaban, a un chico que pasó, pero fue rápido. La verdad es que ni le presté atención como para ver su rostro o su físico completo, solo pasó la silueta de un hombre fugazmente. Yo seguía jugando con mis sobrinos, gritando y riéndome. No obstante, pude notar que una persona se encontraba atrás, como a unos 2 metros de nosotros, observándonos. Volteé para ver de forma clara y... ¿era el mismo hombre?, de igual forma lo hice rápido, solo me percaté de que era grande, no vi detalladamente (de nuevo).

En eso, el encargado me avisó de que ya se había acabado el tiempo y que los niños debían salir del trampolín. Ayudé a Leo y Ainhoa a bajar para ponerles sus zapatitos, ya estando listos agarré de la mano a cada uno para dirigimos a la rampa y subirla e irnos a otros juegos que eran gratis, ya que aun tenían energía. Empero, no entreví que el mismo hombre nos estaba siguiendo -sí... da un poco de miedo- y cuando estábamos a punto de llegar a la salida; dícese final de la rampa, sentí que tocaron mi hombro. Volteé para dar con el tipo y lo miré extrañada, él me miró y me pidió de forma amable si le podía dar indicaciones de una dirección a la cual "quería ir". Primero, me preguntó si conocía 'los nogales' y como no tenía idea de dónde quedaba ese lugar -después fue un infierno- le respondí que no de forma neutra estando dispuesta a seguir con mi camino -estando aun de la mano con mis sobrinos, ellos estaban de espectadores-, pero después se corrigió y dijo otra dirección que era 'eucaliptos', yo conocía ese lugar por lo que ahí si le di indicaciones -vagas en realidad, "ya mira, te vas de frente, luego a la derecha, después a la izquierda..."-. Habiéndole explicado, ahora sí estuve dispuesta a irme, pero el hombre me detuvo nuevamente:

- La verdad es que me acerqué a ti (...) para poder pedirte tu número...

- ¿Cómo para qué?

- Pues... para hablar y poder salir otro día (...) o si quieres me puedes pasar tu Instagram.

- Bueno, mi Instagram si te puedo dar.

Él me entregó su celular para poder poner mi usuario en el buscador y así seguirme. Después le devolví su celular y me fui con mis sobrinos. Nos acercamos a un puesto en donde podías pintar tu dibujo animado favorito con temperas, se quedaron ahí y yo me senté a un lado para verlos.

Me fijé en mi celular, pero no tenía megas para revisar si el hombre realmente me había seguido. Pensé y pensé.

No recuerdo si cuando mis sobrinos terminaron de pintar siguieron jugando o nos regresamos. Lo que recuerdo perfectamente es que cuando llegamos a mi casa, revisé y efectivamente había una solicitud de seguimiento y chat.

¿Realmente le atraje a ese hombre?

Cuando me vi por la cámara de mi celular parecía un payaso, el maquillaje que me había aplicado no estaba bien difuminado y mi cabello se veía andrajoso. Incluso pienso en si ese día me había bañado al menos.

¿Realmente me veía bien?

Me escapé y fui a mi cuarto a encerrarme y concentrarme en todo lo que había pasado. Llamé a mi mejor amiga y le conté lo que había pasado mientras revisábamos su perfil. Noté algo extraño, pero era una posibilidad imposible, igual le respondí ese mismo día.

Quise recordar con claridad el momento en que se acercó, pero... lamentablemente no había visto bien su rostro. El hombre era alto y se encontraba al costado de un poste de luz en medio de la noche y no pude de ninguna de las formas ese día ver bien su rostro o todo de él. A veces me pregunto si eso realmente pasó. Fue como un espejismo, algo que si intento tocar va a desparecer... ¿no es eso un presagio de lo que vino ulteriormente?

Entonces, ¿la lección es que debería estar atenta de la primera impresión? Suena sencillo, la verdad me deja sin palabras la simpleza de la pregunta, porque aun duele. El dolor que siento no es... fácil.

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¡Hola! Estoy publicando esta historia más que nada por presión, mi anhelo es terminarla. Espero que les guste y me comenten qué les pareció, porque hay mucho más que contar...

La máscara de un narcicistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora