Capítulo 1

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Me duele la cabeza, mis ojos me pesan y no los puedo abrir, me arden las muñecas y los antebrazos, me duele todo el cuerpo como si hubiera estado en el gimnasio durante dos días, siento mi cuerpo frío, hay algo en mi pie mas frío aún, pesa una tonelada o así lo siento, ahorca y lastima mi piel, mi estomago ruge y mis manos duelen.

Intento abrir mis ojos una vez más, pero no logro resultados satisfactorios. Es raro no poder despertar aún con tantos incentivos en mi cuerpo, ¿Cómo demonios llegue aquí? Tengo una pregunta mejor, ¿Dónde estoy?

Empiezo a divagar en mi mente, buscando razones que hayan afectado mi rutinaria vida, pensando en cada error que he cometido y que no repare, recordando todos los momentos que viví, buenos y malos. Lo triste es que sólo en momentos así, valoras todo lo que no tienes a tu lado, aprecias a cada persona que estuvo a tu lado aunque ya no esté, simplemente toda tu vida pasa ante tus ojos mostrando como perdiste momentos, como amaste personas, como expresaste sentimientos, como paso el tiempo, como fuiste tu y como decidiste vivir. Solo por pensar en la existencia de las miles y miles de posibilidades que te llevan por el borde de un acantilado en el que estas apunto de caer y terminar con tu existencia en este mundo, sólo por verte rodeado de tablas con las personas que te conocen de negro y llorando a tu alrededor, sólo porque la muerte esta cerca a ti, piensas cada error, cada sueño, cada logro, cada momento que pasaste y de como ya no volverán a pasar.

Mis ojos por fin tuvieron la voluntad de abrirse y ver con confusión, temor y dolor todo a su alrededor, recorrieron toda la habitación, la puerta antigua café; la ventana con marco blanco con polvo y suciedad, con tablas cubriendo el gran vidrio; el techo lleno de humedad y moho; el closet blanco con flores rojas y la madera desgastada; una mesa de noche con un vaso de agua sobre ella, el deseo por saciar mi sed hizo que estirara mi brazo para tomar un trago de agua, pero una soga atada a mi mano me lo impidió, hay me di cuenta de que mi otra mano también estaba atada, cada una extendida a nivel de mis hombros, mi cuerpo estaba medio dormido y sólo sentía un gran cansancio en el, me alarme e hice un gran esfuerzo por recordar todo lo que paso en las dos últimas horas o más, pero nada llegaba a calmarme.

Moví mis pies, pero simplemente unos cuantos centímetros ya que me lo impidieron de nuevo, levante mi cabeza con un doloroso esfuerzo y no era una soga, era una cadena, las lágrimas amenazaron con salir, que la voz no me saliera me hizo desesperar más, un gemido de dolor se desató cuando halé con más fuerzas las sogas de mis manos, las lágrimas brotaron sin parar y mi corazón comenzó a latir a mil por hora, recorrí con la mirada una vez más la habitación en busca de algo que me ayudara a salir de este lío, pero mi mirada se cruzó con algo que me hizo que me exasperara mucho más y tuviera ganas de perder mis extremidades con tal de salir de ahí.

Sangre, de rojo oscuro y seca, eso era lo que había en una esquina de la habitación cerca a la puerta, imagine millones de maneras en la que pudo llegar ahí, cada una peor que la otra. Me revolvía en la cama con desespero y buscaba todas las formas posibles de desatarme, pero al no lograrlo me alarme más, hasta que mi cuerpo se paralizo al escuchar la puerta, me dolió la cabeza y llegaron muchos recuerdos a mi mente.

*Flashback*

-Solo quiero ser amable- proteste con ira.

-¿Quieres ser amable?, déjame en paz- se levantó del asiento y salió de la cafetería.

*Fin del Flashback*

*Flashback*

-¿En serio seguirás con tus inútiles intentos de acercarte a mi?- pregunto enojado.

-Si, sólo quiero ser tu amiga- dije por enésima vez con voz de inocencia.

-Bien, los amigos se hacen favores ¿No?- asentí confundida- haz el favor de no acercarte a mi, si quiera hazlo por tu propio bien- cerró su casillero y se fue dejándome confundida y con más curiosidad.

*Fin del Flashback*

*Flashback*

-Eres insoportable- dijo con irritación.

-Gracias- dije con una sonrisa, fue extraño verlo sonreír por primera vez, pero me gusto.

-¿Me prometerías algo?-dijo borrando la sonrisa que tenía, asentí sabiendo que esto era algo serio. Estiro su dedo meñique y entrelace el mio- sonreirás pase lo que pase- fruncí el ceño, sin entender, pero no recibí una respuesta, simplemente separo nuestros dedos y se fue.

*Fin del Flashback*

*Flashback*

-Te estas metiendo en un gran problema, por favor no me vuelvas a hablar, aún hay tiempo de que salgas de ese embrollo-me estaba pidiendo casi con lágrimas en los ojos, fue algo a lo que no me negué.

-Pero, ¿Por qué?- pregunté con la curiosidad reluciendo en mi, negó con la cabeza y se fue con una lágrima cayendo por su mejilla.

*Fin del Flashback*

*Flashback*

-Hola- me saludo con una sonrisa, este tipo si que es bipolar.

-Creí que no querías que me acercara a ti- pregunté cruzando los brazos sobre mi pecho mientras volvía mi mirada a mi almuerzo.

-Es cierto, pero quiero pedir un último favor- seguía sonriendo cómo si nada.

-¿Cuál?- dije rodando los ojos. Se acerco a mi, tomó mi barbilla con su mano y susurro una simple palabra que logro estremecerme "Sonríe" y se fue con la misma sonrisa.

*Fin del Flashback*

*Flashback*

-No sé que rayos haces conmigo pero me encanta- dijo con su aliento chocando contra mis labios, continuo el beso y bajo por mi cuello.

-Entonces, lo seguiré haciendo- y así fue cómo comenzó a bajar por mi cuerpo, acercándose cada vez más, tomando algo que ya no tenía, pero hizo que lo sintiera.

*Fin del Flashback*

*Flashback*

-¿Por qué haces eso?- lágrimas caían de mis ojos sin parar, vi toda la sangre que tenía en sus manos, intentó acercarse pero el temor me ganó y retrocedí.

-Porque todos necesitamos alguna forma de desahogar nuestras almas y la mía es esta- señalo a la chica que estaba en el suelo.-Pero, tu... no- trataba de convencerme de que eso no era real, pero era casi imposible.

-Hallie, lo siento, pero no puedo dejar que te vayas sabiendo esto- el pánico recorrió mi cuerpo, decidí correr, pero mis piernas no se movían, deje que todo pasara tan lento, el cloroformo penetro mis fosas nasales haciendo que los ojos me pesaran y sólo alcanzara a sentir como el chico que llego a hacer que sintiera algo de nuevo sostenía mi cintura y me dejaba caer en un profundo sueño. Y fue ahí cuando comprobé que le había dado todo a la persona equivocada, de nuevo.

*Fin del Flashback*

No lo puedo creer, maldito hijo de puta, él fue el que me trajo aquí, él fue el que me engaño por tanto tiempo, él fue el que me dijo que sentía algo por mi antes de atarme a una vieja cama, él fue el que se llevo todo lo que di a un hombre antes, pero sin lágrimas y ahora se las lleva de otra manera.




Simplemente... SonríeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora