Capítulo Único

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Narra Lincoln:

Llegué súper agotado del trabajo a mi casa. Cuando entré lo único que hice fue soltar mi maletín y aspirar el aire de encierro del lugar, con sumo cansancio.

No importaba cuánto pasara el tiempo, nunca sería capaz de olvidarla. Tal vez ya no sienta dolor por su pérdida, pero mi corazón aún arde profundamente cada vez que llego del trabajo y recuerdo su sonrisa.

Extraño sus abrazos y saludos, sus buenas noches y buenos días, sus recetas, todo... extraño cada cosa de ella. Pero nunca me permito estar triste al respecto; siempre finjo que todo está bien solo por ellas. A veces me gustaría que lo reconocieran un poco más.

—Hola papá —vi a London salir de la cocina, empecé a temer lo peor.

—¿Lon? ¿Qué hacías en la cocina? —tragué saliva.

—Loth no quería cocinar, otra vez... así que empecé a preparar la cena.

—¿Y Lux?

—Salió con sus amigas.

—Y... ¿no tuviste ningún problema?

Vi que su sonrisa y semblante cambió a uno apagado y triste. De inmediato me arrepentí de lo que dije; pero ya era tarde para cambiar mis palabras.

—Yo, yo solo intento ayudar —bajó la cabeza— ¿Por qué no confías en mí?

—No... perdón cielo —acaricié su cabello— Gracias... solo estoy cansado, no me hagas caso. Creo que iré a descansar... pero avísame para la cena ¿de acuerdo?

Ella asintió, intentando formular una media sonrisa. Subí las escaleras y me encontré mirando fijamente el cuarto de Lupa, ya que me sorprendió que la puerta estuviera entreabierta. Me asomé por la hendidura pero dentro no había nadie. No me extrañé demasiado, seguro estará en el baño o en el sótano.

Aprovechando que ella no estaba aquí, entré a la habitación y di un vistazo general. Posters de las bandas que escucha, algunas cosas de películas que le gustaban, los viejos cartuchos de videojuegos retro que coleccionaba, la cama desordenada y ropa tirada por todas partes, una navaja clavada en el armario... y sí, he llegado al punto de que aquello me parecía normal: hice de todo para que no tenga armas blancas a la mano, pero siempre aparece una nueva. Ahora mismo estábamos en tregua sobre ese tema, pero ya lo hablaremos de nuevo más adelante; esta niña...

Sin embargo hubo algo nuevo en la habitación que nunca había visto: una libreta negra sobre el escritorio donde mi hija supuestamente hace la tarea de la escuela. La presencia de un bolígrafo con la punta extendida hacia afuera a su lado me indicó que hasta recién estuvieron escribiendo en ella.

Me acerqué a la mesa y la tomé entre mis manos. El material era raro, partes lisas y algunas granuladas... tenía un pequeño relieve en el que se podía insertar una etiqueta en la tapa frontal; en este caso llevaba pegado con cinta un papel que decía "Propiedad de Lupa".

Dado que obviamente esto no era de la escuela, la curiosidad por leer el contenido me invadió. Dudé un poco al principio ante la idea de invadir la privacidad de mi hija, pero luego pensé que yo era su padre y tenía derecho a saber ciertas cosas, por lo que simplemente la abrí.

Había un texto, pero antes de este había un montón de trozos de páginas arrancadas. Decidí ignorarlo y centrarme en la página con el texto, que aparentaba ser un poema.

{Estás justo a mi lado, respiramos el mismo aire, pero nuestras mentes y corazones no están en el mismo baile

Es difícil aceptarlo, saber que estás allí y a la vez no estás, con cada segundo a tu lado parece que mi corazón va a estallar

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