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—Hace mucho frío— Mitsuya hablo mientras sonreía.
—Realmente pensé que no iba a hacer tanto frío— respondí mientras guardaba las llaves de la casa.
Lo mire atenta a lo el me regaló una sonrisa.
Era tan bonito...Seguimos caminando hasta el supermercado que no quedaba tan lejos, así que no habría problema con eso. Mientras caminábamos hablábamos de algunas cosas que parecían no tener sentido, aunque Mitsuya hacia algunos chistes algo raros pero a mí me daba risa, por lo que sabia que no tendríamos momentos incomodos.
Frote mis manos buscando algo de calor, realmente el frío estaba potente, y eso que llevaba un abrigo, mire los carros que pasaban y por instante pude ver a alguien conocido, Jane, y para mí mala suerte ella me miró también, nose porque tuve un sentimiento feo, quizás porque estaba con Mitsuya, ella me miró con una cara de asco pero luego se comenzó a reír con las personas que estaba y una de esas personas era su novio, lo pude reconocer porque antes de pelearme con ella me mostró fotos de su novio.
Por un momento me congelé y pensé que lo que estaba haciendo estaba mal.
Hasta que sentí como Mitsuya tomo mi mano, salí de mis pensamientos y lo mire.
—Estabas al borde de la carretera ¿Estás bien?— pregunto.
Asentí —Estaba acordándome en que tenía que comprar— respondí.
El comenzó a reír —Al parecer el frío te afectó, tienes las manos muy frías— habló.
Mitsuya entrelazó nuestras manos y las metió en el bolsillo de su abrigo, mi rostro rápidamente se puso rojo, solo que voltee la mirada para que no me viera.
Al llegar tomamos un carrito para hacer las compras respectivas. Por un momento pensé en lo que pasó con Mitsuya.
En cada pasillo escogimos algo, incluso ya habíamos visto que íbamos a comer cuando llegáramos a casa.
No había tanta gente, obviamente porque era de noche, pero había ocasiones que el supermercado estaba lleno.
Lo admire unos segundos y sabía que Mitsuya no era una mala persona, incluso a este punto de mi vida era de las mejores personas que me había encontrado.
El era muy carismático.
Después de todo ya nos habíamos conocido mejor, y sabía que con el no me podría pasar nada malo.
Mitsuya se ofreció a pagar pero me negué, después salimos y el llevaba las bolsas.
De regreso a casa el frío había aumentado, ahora era más que evidente que tenía frío.
Mitsuya llevaba las bolsas con una sola mano y con la otra sostenía mi mano, en un momento pensé en lo fuerte que podía llegar a ser, y como no, si ya lo había visto sin camiseta. Negué rápidamente cuando me acordé de aquel incidente.
—¿Tus padres no se enojan si llegas tarde?— le pregunté.
—De hecho solo tengo mamá— sonrió —Y también vivo con Mana y Luna, que ya las conoces—