3- Trayecto hacia Velcrum

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Habían pasado ocho días desde su partida, el carruaje actualmente ya estaba atravesando el primer muro, que dividía la frontera entre el reino de Reveire y el reino de Lanya.

En el camino, tuvieron que enfrentarse a algunos monstruos, afortunadamente, no eran una cantidad abismal como en la capital del reino de Reveire, así que fue fácil para Erick lidiar con ellos.

Al pasar por el muro de la frontera, les dijeron a los guardias que eran refugiados del reino de Reveire. Muchas personas de allá habían migrado hacia los reinos del este para huir de los monstruos, por lo que la vigilancia no era extremadamente estricta.

Todos pasaron sin problemas y antes que llegara la noche nuevamente, se quedaron a pasar la noche en un pequeño pueblo llamado Arc Village, era el pueblo más cercano a la frontera con Reveire. Los tres se bajaron y reservaron una posada para ellos, y también para el cochero.

Cada uno tenía derecho a una habitación, pero antes de irse a dormir, se juntaron en la habitación de Erick.

—¿Estás bien Amelia?, ¿Te duele en algún lado por el largo viaje?

Preguntó Erick un poco preocupado, Amelia era una mujer noble que nunca había hecho un esfuerzo fuera de su casa. Para Erick, su prometida no solo era hermosa, también era una chica frágil.

—Solo tengo un poco de sueño, pero estoy bien Erick, si no fuera por tu consideración, creo que no estaría nada bien.

Bromeó Amelia recargando su pequeña cabeza en el hombro de Erick, hombro que por cierto era duro, a causa de sus músculos y años de entrenamiento.

Estaban sentados en su cama y Damián estaba sentado en una silla frente a ellos.

—Cuando ella estaba en casa, decía que haría cualquier cosa para estar contigo, veo que no bromeaba al respecto.

Miró Damián con algo de lástima a Amelia, quién parecía estar quedándose dormida en el hombro de Erick.

"No pensé que llegaría a tanto por mí, planeo corresponderle con eso y más, es demasiado linda".

Erick con cuidado la rodeó con su brazo derecho para que no estuviera tan inestable solo apoyándose de su hombro.

—Lo sé, aún así, me alegro de que esté acá conmigo.

Dedicó una mirada amorosa a Amelia quién estaba apoyada a él, no pudo evitar sonreír suavemente.

—Ahora que estamos en el reino de Lanya, nos quedan aproximadamente quince días de viaje hasta que lleguemos a la frontera que conecta con Ambrosya...

Damián hizo una leve pausa.

—Lo siento Erick, si no hubiéramos hecho una propuesta de venir contigo, es posible que ya hubieras avanzado más.

Mencionó eso con la cabeza gacha, mientras jugaba con sus manos.

—Está bien, tampoco es que mi paso hubiera sido tan apresurado. Aunque puedo usar magia de viento para poder volar, no tengo maná infinito, hubiera tenido que pedir que me lleve algún carruaje mercante cada vez que agote mi energía.

—Siempre has sido así Erick, haces lo que sea necesario para que no nos sintamos mal.

—Está bien, es la verdad, además, no es mentira lo que digo, soy feliz de que ambos vinieran a este viaje para hacerme compañía.

—Gracias Erick.

Agradeció Damián, luego dio un pequeño suspiro y se puso de pie.

—¿A qué hora seguimos mañana?

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora