XIII

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El último mes había sido un torbellino de emociones para Fina, una mezcla de dolor, ansiedad y amor reprimido.

La muerte de su padre la dejó sumida en una tristeza profunda, un vacío que sólo una persona era capaz de llenar. Lástima que no hubiera sabido como mantener a esa persona a su lado.
Días agotadores seguidos de noches largas y silenciosas, llenas de recuerdos que undían aún más su ánimo.

A este dolor le suma la discusión que tuvo con Marta, lo que las ha llevado a pasar un mes sin si quiera verse.
La última vez que lo hicieron, las palabras dichas en el calor del momento dejaron cicatrices profundas en los corazones de cada una.
Desde entonces, aunque no la haya vuelto a ver, tanto su mente como su corazón siguen llenos de ella.

No le costó mucho darse cuenta de que la amaba con una intensidad que le asusta, una pasión que no había sentido por nadie más.
Es bonito, sin embargo, el miedo la paraliza. Teme que, amarla tan profundamente, la deje tan vuelnerable que le sea imposible soportar el dolor de una pérdida futura.

Por eso, Fina no la busca. Se refugia en su dolor y en su miedo, pensando de verdad que eso era lo mejor. Pero cada día sin ver al amor de su vida, sin ver sus ojos, su sonrisa o sin escuchar su voz, es una lucha. No puede evitar rememorar lo felices momentos que han compartido e imaginarse los nuevos que vendrían si no fuera tan cobarde.
Sabía que su corazón pertenece a Marta, pero su miedo era una barrera infranqueable.

Noches tras noches de insomnio, se imaginó como el destino le daba una segunda oportunidad y tuviera a la rubia frente a ella.
Se acercaría, agarraría su mano fuertemente y, con una seguridad tremenda, le diría:

"Marta, este último mes he estado sumida en la mismísima oscuridad. La pérdida de mi padre y la discusión que tuve contigo me han enseñado que la vida es así de frágil, y he comprendido que el miedo no puede ser más fuerte que el amor. Por que si, estoy enamorada de ti, más de lo que puedo expresar; pero también tengo miedo de amarte. Temo perderte. Temo que tu rechazo me haga más daño que el hecho de no volver a verte. Pero quiero superar esos miedos, luchar por mi amor y ser feliz. Quiero poder construir un futuro a tu lado."

Pero, a la mañana siguiente veía el amanecer, señal de que todo había sido fruto de su imaginación. Que no había pasado y, que como siguiera comportándose así, nunca iba a pasar.

Iba a cambiar.

LA MUJER DE LA FALDA DE GIRASOLES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora