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Victoria estaba de camino a un café en la ciudad. La noche anterior habían acordado que hablaría con Alan, pero no mencionaría nada de lo que habían encontrado o de Ryan. No asistió a la universidad porque los profesores no iban y eso la dejaba tranquila. Era un día nublado, listo para llover. Logró visualizar al oficial sentado en un mesa afuera del café y se acercó a la mesa y sentándose frente al adulto.

–Victoria, gracias por aceptar mi propuesta –. Dijo amablemente el policía apoyando sus manos entrelazadas en la mesa.

Un fino mantel decoraba la mesa de un color rosado pastel delicado. En medio de la mesa había un pequeño florero con tulipanes amarillos y lavanda.
Victoria se recostó en la mesa y entrelazó sus manos apoyándolas en su regazo.

–No iba a venir –. Declaró de forma seria ella–. Pero supongo que tienes buenas razones para hablar.

–Y las tengo señorita Cullen.

–Victoria, por favor –. Pidió un poco incómoda de que la llamarán "señorita". Alan asintió un vez y se acomodó en su silla.

–Si no le importa, me gustaría grabar la conversación, cosas de policías.

–Como guste.

–Pareces preparada –. Mencionó asombrado por la confianza de la chica. Dejó una pequeña grabadora sobre la mesa y la miró listo para interrogarla–. Recibimos un dato interesante que quizás te interese.

Ella levantó los hombros indicándole que todo lo que le dijera no le sería tan importante. Así que el adulto continuó.

–¿Conoce a Owen Díaz?

–Si

–Bueno, recibimos un mensaje anónimo diciéndonos que el señor Díaz fue el responsable del secuestro con respecto a Cleo Martinez.

–¿Qué? –. Exclamó atónita–. Eso no es cierto.

–El mensaje mostraba claramente que el señor Díaz tuvo una conversación explícita donde Owen y Cleo hablaban de reuinirse en la casa de ella, sin embargo, hubo un momento en la conversación en la que Cleo Martinez dice tener un inconveniente a último momento –. Expresó el oficial–. Creemos que aquel mensaje de cancelación provocó un enojo en Owen y por llevó a cabo su secuestro.

–En primer lugar, Owen es inocente, eso es seguro, y en segundo lugar, ¿Por qué le creería a un anónimo?

–Bueno, tú haces lo mismo –. Repuso Alan.

–Es diferente.

–¿En qué sentido?

–Él me ayuda a mí, el anónimo solo le dio una información que, en lo que a mí respecta, podría ser falsa –. Remarcó Victoria acercándose a la mesa.

–Entonces ambos tenemos algo en común, confiamos en personas en las que no hay que créer –. Contestó de forma seria el oficial.

–No, sí hay una diferencia, la diferencia es que yo confío totalmente en una persona que sí conozco, en cambio usted, se deja guiar por acusaciones falsas que un "anónimo" le envió sin decir siquiera su nombre.

La mirada de Alan le hizo entender que había dado justo en el blanco. Victoria se recostó en la silla victoriosa y sonrió levemente.

–¿Le comió la lengua el gato? –. Preguntó retadora Victoria.

Alan apagó la grabadora y se recostó ligeramente sobre la mesa como si quisiera acercarse a ella.

–Aquel anónimo, dijo algo interesante –. Murmuró de manera seria para que solo ella pidiera oírlo–. Usted, está involucrada en la muerte de Sebastián Rodríguez.

El Hacker: Código de RescateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora