80: ¡Ésto no es real!

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-¡Yo no soy su madre, me están confundiendo! – Gritó Hermione azorada

-Mami ¿Qué te pasa? – Preguntó Wynne con lágrimas en los ojos – Te ves diferente, te arreglaste el cabello, estás maquillada y tu ropa no es lo que siempre usas ¡Dijeron que te había sucedido un accidente! ¿O acaso es mentira y te fuiste porque nos dejaste de querer?

-¡Yo no soy su madre! – Insistió y eso lo oyó Draco quien entró inmediatamente a ver que pasaba junto con Salesia, al ingresar los cuatro niños lloraban, Dinora estaba incómoda y Hermy horrorizada

-¿Qué pasa? – Preguntó y se quedó petrificado al ver a Hermione

-¡Odio el llanto de los niños! – Refunfuñó y vio a Draco desconociéndolo - ¿Son sus hijos? ¡Dígales que dejen de llamarme mamá! ¡Yo no tengo hijos! Quiero salir de aquí…

-H-Hermione… - Balbuceó Draco

-¿Cómo sabe mi nombre?

-¡Porque él es tu esposo! – Intervino Salecia - ¡Sabía que no podrías estar muerta!

-Me llamo Hermione, pero no estoy casada y mucho menos tengo cuatro hijos – Protestó la castaña

-Amor – Murmuró Draco - ¿Qué te pasa?

-¡Perdiste la memoria también! – Susurró Salesia – Igual que Luna

-¿Qué? ¿Perder la memoria? Bueno, si me caí pero… no la he… perdido…

-¡Mama! – Se acercó Tory, pero bruscamente Hermione la apartó

-¡Quítate, no me toques, mi ropa es muy costosa!

-OOOOOOOOOH

-¡No, no puedes ser mami! – Lloriqueó Wynne – Ella es buena y dulce, esta señora es mala…

-Gracias – Sonrió Hermione en un tono irónico que Draco reconoció como un gesto que el hacía cuando adolescente y lo odió tanto, esto lo enfureció

-¡Fuera de aquí, ya! – Le dijo a Hermione perdiendo la calma, la amaba si, pero sus hijos estaba sufriendo porque ella no recordaba nada y aparte su actitud dejaba mucho que desear

-Con gusto – Salió, pero tras ella iban Salesia y Dinora

-¿Qué le pasa a Hermione? – Intervino Salesia preguntado a Dinora que intentaba escabullirse - ¿De cuando acá Hermione es Sanadora? ¡Ella tiene otra profesión!

-Pues es Sanadora…

-¡Mentira! ¿Qué es todo esto? ¡Yo conozco todos los sanatorios mágicos y éste no viene en mi mapa mental!

-No intervengas más allá – Dijo Dinora – O terribles cosas podrían sucederles a todos, dejen que todo fluya

-Esto no es real  - Masculló Salesia – Esto es una ilusión

-Sáquenla de aquí… si pueden, antes que el portal se cierre – masculló Dinora y sin importar nada, simplemente desapareció ante sus ojos

-¡Demonios!

-¡No lo puedo creer! – Chillaba Hermione - ¿Qué yo también estoy casada y tengo cuatro hijos? ¿Cuatro? ¡Y donde queda la planificación familiar! ¡Dios mío, seguro que fornicaba como coneja! (¡Ay no, que pecado!🙄)

Draco abrazaba a sus hijos, los más pequeños insistían en ir con “mami” , solo Wynne estaba llorando y sin pedir nada, dolida… el rubio no podía creer que le pasara lo mismo que a Blaise, que su mujer haya rechazado categóricamente a sus hijos, ella que siempre había sido tan dulce, enérgica y cariñosa…

-¿Por qué mamá se comporta así? – Lloraba Wynne - ¿Ya no nos quiere? ¡Seguro menos a mí porque yo no soy su hija! Dijo que no era nuestra madre…claro, mucho menos la mía…

-Cálmate Wynne…

-¡No, no puedo papi! ¿Qué le pasa a mami?

-Mami ya no nos quiere – lloraba Scorp – nos rechazó, no nos quiere…

Salesia agradeció que apareciera Blaise y le encargó a Draco mientras ella iba en busca de Hermione, no se fuera a desaparecer, el shock recibido en Draco lo habían atontado y se había quedado refugiado con sus hijos dejándola ir…

Hermione se había ido a su consultorio, desconcertada, desconsolada, haciéndose a la idea de que ella no tenía hijos, ni esposo, finalmente en el hospital le habían dicho otra cosa ¿Qué es lo que sucedía?

-¡Hermione!

-¿Qué quiere?

-¡Malas noticias para ti querida! Tú eres Hermione Malfoy… esos niños son tus hijos, bueno, menos Wynne, pero a la cual adoras con toda tu alma, porque es la niña de tus ojos…

-¡Pero eso no es posible! Y si es así… no hay problema, la casada es la otra, porque yo soy muy feliz aquí, no estoy casada y como yo no recuerdo ni a ese hombre ni a esos niños, no le veo el problema

-¡Tonta! – De pronto Salesia le dio un bofetón furiosa

-¿Qué diablos te pasa?

-¡Son tus hijos Hermione, te puedo pasar todo, menos esto! ¡Son tu sangre!

-Yo no los recuerdo ¿Cómo puedo querer a alguien que ni siquiera es mi hija?

-Tienes a los hijos más bellos del mundo, Hermione

-Lo lamento… yo no… no me acuerdo… no puedo amar a unos niños de los que no recuerdo… se oye cruel, pero así es… no quiero problemas, lo mejor es que se vayan y me olviden

-¿Qué? ¿Abandonarás a tus hijos?

-No los quiero, no puedo sentir nada por ellos, es mas, no quiero ni verlos….

-¡Joder! Por lo menos habla con Draco

-¿Con quien?

-¡Con Draco Malfoy! Tu esposo…

-¡Ah! Si… mi… el… lo que sea…

-No te escapes Granger, que iré por el, porque tienen que hablar

Salesia fue hacia la habitación de los hijos de Hermione, Blaise le ayudaba a cuidarlos, consolarlos, Draco que no podía asimilar lo que había pasado, los niños de tanto llorar, estaban cansado y poco a poco se dormían lentamente

-Draco – le llamó suavemente

-¿Qué sucede?

-Tienes que hablar con Hermione ahora…

-No se si podría…

-Por favor, creo que le está pasando lo mismo que a Luna, este lugar es extraño, es necesario irnos de aquí lo antes posible, casi todos los niños heridos ya se los han llevado, faltamos nosotros… Además es tu esposa, si es necesario, nos la llevaremos a rastras…

-No podría hacer eso Salesia, la amo demasiado como para obligarse

-¡Pamplinas! Habla con ella ahora Draco Malfoy, no me obligues a arrastrarte a ella para que lo hagas

-Tranquila Sal… ¿Dónde está Hermione?

-Vamos, yo te llevo…

Salesia llevó a Draco al consultorio de Hermione, ella lo dejo ahí y regresó con sus ahijados, el entró lentamente y ella estaba sentada, lo miró fijamente, era un hombre atractivo y varonil, por un momento quiso imaginar su vida con él, en la cama, en una casa, pero no tuvo un solo recuerdo y eso le dio coraje

En cambio por la mente de Draco pasaron todos los recuerdos, aquella castaña que resultó ser muy buena esposa y madre, sencilla, inteligente, guapa y elegante, mucho mejor que como era ahora, quien a pesar de lucir guapísima, se veía en sus ojos castaños la frialdad…

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora