Treat You Better ━━ Richard Rios

𝟎𝟎𝟏| PROBLEMAS.

Richard salió del túnel que llevaba al campo de entrenamiento del Palmeiras, con el sol de São Paulo brillando en su rostro. Habían pasado unos meses desde su última aparición con la camiseta verde, pero ahora regresaba recargado, motivado y con una determinación renovada. Estaba listo para darlo todo por su club y demostrar que seguía siendo el mejor.

Mientras tanto, en las oficinas del Palmeiras, Gabriela, la coordinadora de marketing, revisaba su lista de tareas para el día. La noticia del regreso de Richard había generado un gran revuelo en las redes sociales, y ella tenía la tarea de capturar cada momento para compartirlo con los seguidores del equipo. Cuando supo que Richard había aceptado grabar algunos videos para promocionar su regreso, no pudo evitar sentir una mezcla de emociones. Por un lado, estaba emocionada de trabajar con la estrella del equipo, pero por otro lado, sabía que Richard no era precisamente el más amigable, especialmente con ella.

La tensión entre ellos era palpable, y Gabriela no podía evitar preguntarse cómo sería trabajar con alguien que prácticamente la odiaba. Pero estaba decidida a hacer su trabajo lo mejor posible, sin dejar que las diferencias personales se interpusieran en el camino. Después de todo, el objetivo era promocionar al equipo y hacer felices a los seguidores.

Cuando Gabriela llegó al campo de entrenamiento, Richard ya estaba allí, calentando con sus compañeros de equipo. Ella se acercó a él con una sonrisa profesional y un saludo cordial, pero Richard apenas la miró, gruñendo un breve: —Hola—Antes de volver a concentrarse en su calentamiento. Gabriela no se dejó intimidar. Sabía que su trabajo era importante para el equipo, y no iba a dejar que la actitud del moreno la afectara. Comenzó a preparar su equipo de grabación, intentando ignorar la tensión que se palpaba en el aire.

—¿Listo para empezar?—Le preguntó a Richard, tratando de sonar lo más amigable posible.

Él asintió sin mirarla, Gabriela comenzó a grabar. Pero mientras trabajaban, la tensión entre ellos sólo parecía crecer. Richard respondía a sus preguntas con monosílabos, Gabriela podía sentir su irritación creciente. —¿Será que puede, por favor, dejar esa cara de puño? Necesito una buena toma y con esa actitud solo va a parecer un niño inmaduro, a menos de que eso sea—Escupió la pelinegra. El semblante de Richard cambió drásticamente a uno más severo, le habían enfurecido aquellas palabras de la chica.

Richard dió un paso hacia Gabriela, su mirada era fulminante. —¿Cómo se atreve a hablarme así?—Exclamó con voz baja y peligrosa. —No tenés derecho a hablarme de esa manera.

Gabriela se mantuvo firme, sin retroceder. —Tengo todo el derecho—Respondió. —Estoy tratando de hacer mi trabajo, y usted no me está facilitando las cosas. Le pido que se comporte como un profesional.

Richard se rió amargamente. —¿Un profesional? Usted no sabe lo que es ser uno. Usted solo es una.. —Se detuvo, mordiéndose la lengua. No quería decir algo que pudiera arrepentirse después.

Gabriela lo miró desafiante cruzándose de brazos. —¿Una qué Señor Ríos? ¿Qué iba a decir?—Su voz estaba llena de desafío. Richard no respondió, se limitó a verla fijamente a los ojos. —Ajá, diga, que iba a decir—Volvió a desafiarlo. El moreno se acercó sigilosamente aún más a ella tomándola por sorpresa.

—Se está haciendo la boba, ¿no es así?—Contraatacó el chico. Ella lo miró perpleja. —No lo olvide, Gabriela, usted casi me jode la vida y todo por sus idioteces—En ese momento, los recuerdos del pasado golpearon a la chica, haciéndola caer en la realidad.

—Y-ya eso quedó en el pasado, fue un error y yo me disculpé por eso—Susurró ella bajando la cabeza, estaba apenada.

—¿Ya no es valiente, verdad?—Richard bufó. —Pues, eso es algo que yo no voy a olvidar, que le quede muy claro. Y no quiero que me tome fotos, es más no quiero ni tenerla cerca de mí—Soltó frío, provocando que los pequeños pero expresivos ojos de la pelinegra se cristalizaran un poco. En el fondo, le dolía tratarla así, pero aquel error era inolvidable para él, casi le costaba su carrera y las disculpas de la chica no eran suficientes.