Un Dragón bajo la tormenta

82: Reclamando sus derechos

Hermione comenzó a contarle un cuento, mientras tanto, Wynne estaba sentada afuera, con un vaso de agua… Salesia la encontró y se acercó a ella, quería saber si Hermy ya había hablado con ellas, suponía que nada había salido bien, más aún al ver la carita llena de tristeza de Wynne

La niña no podía dejar de llorar al acordarse de la manera en como Hermione le había hablado, se sentía fatal, quería irse del hospital y olvidar a su mamá, sus palabras duras eran suficiente para marcar a una niña de once años, el ser rechazada, sobre todo si venía de los labios de su amada mamá

-¿Wynne?

-Madrina… - De hecho todos les decían madrinas a todas así fuesen o no su madrina

-Por tu carita, supongo que Hermione ya habló contigo

-Si…

-Entiéndela. Ella no los recuerda…

-Es muy mala, me dijo que yo no soy su hija y es cierto

-¡Joder! – Dijo Salesia entre dientes y quiso ir y golpear a Hermione hasta que recordara pero se contuvo – Ya lo veía venir – Suspiró – Jamás ha sido prudente ¿Dónde está ahora?

-No lo se, se quedó con Tory, yo no quería verla más

-Wynne, ella es tu mamá, tenle paciencia… solo que no recuerda nada, tiene amnesia…

-Es que – Comenzó a llorar – Está tan distinta, nos grita, nos rechaza, nos dice que no le digamos mamá ¿Qué hago madrina? ¡Nos iremos a casa sin ella, pero siempre sabré que mama no murió pero que no nos recuerda y no nos quiere!

-Ella va a recordar… Hermione los ama, vamos, te llevaré a la habitación, seguro tu padre no tarda en regresar, para que nos vayamos a tu casa

Wynne terminó el agua y se puso de pie, Salesia la tomó de la mano y se la llevó a la habitación, al entrar, se llevó la sorpresa al descubrir a Hermione sentada en una silla y con la cabeza apoyada en la cama, profundamente dormida al igual que Victoria.

Wynne las miró y recordó que Hermione, su mami, siempre hacía eso con ellas, con Scorpius, si no podían dormir, se quedaba con cada uno de ellos, les contaba cuentos y los arropaba, hasta que se durmieran

-Amor – Le dijo Salesia – ve a lavarte la carita ¿Quieres?

-Si madrina

-¡Hermione, cabezotas! – le llamó Salesia moviéndola suavemente para no despertar a Tory - ¡Despierta mala madre!

-¿Qué, que?

-Te has dormido…

-¡Ah, si! Creo que me hace falta un café

Hermione salió, mientras que Salesia esperaba que el show continuara cuando Tory descubriera que su madre no estaba… hasta Mione llegó en esos momentos con Draco, cargando a los otros que no se querían quedar para nada… ¡Aquello era un caos!

Y claro que la madrina tenía razón… porque cuando se quisieron llevar a Tory, la pequeña comenzó con su llorar, contagiando a los otros, hasta a Wynne, que no halló el modo de que su hermanita se calmara

-¡No me iré sin mami! – Gritaba Tory

-Basta Victoria, silencio… estás muy encaprichada – se quejó Draco que estaba con terribles jaquecas, flaco, ojeroso, sin ilusiones (como dice la canción) y no tenía ya mucha paciencia

-¡Mami, mami! – Gritaba sin parar

-Tory, por favor, cállate – Le suplicaba Wynne – Asustarás a las otras personas (Cuando en realidad en el sanatorio, solo habían ya, los seres mágicos que querían que se fueran de inmediato para cerrar el portal)