Estirando la mano dentro de la ducha para que el agua fría saliera a plena potencia, Harry pateó los pantalones y calzoncillos con un gruñido, el calor de su ira igualaba el deseo rugiente por el hombre que acababa de echar.
—Maldito cabrón —susurró mientras entraba en la ducha y cerraba de un tirón la cortina. ¿Cómo podía haber calculado mal las reacciones de Louis? El hijo de puta debía haber estado tomándole el pelo desde el primer momento que sus labios se tocaron.
—Maldita sea —gruñó. El agua fría apenas estaba teniendo algún efecto. Golpeó el azulejo con el puño, sólo para maldecir de nuevo y sacudir la mano cuando el dolor reverberó por sus dedos y subió por el brazo.
Louis oyó el golpe seco dentro del cuarto de baño y finalmente levantó la cabeza. Se volvió para mirar a la puerta y entrecerró los ojos. Por lo tanto, la regla número uno, era al parecer, que no se le permitía esbozar una sonrisa durante los juegos preliminares.
—Lo tengo —murmuró mientras se sacaba la camiseta por la cabeza y la arrojó a un lado antes de ir a la puerta y abrirla.
Harry levantó la cabeza de golpe cuando la puerta golpeó la pared. ¿Qué demonios? Entonces, y sólo entonces, se le ocurrió que Louis podría haber sido serio con esa sonrisa. Joder.
Louis ya estaba medio desnudo así que no le habría llevado mucho terminar el trabajo. Pero en cambio, apartó la cortina de la ducha y se metió en la ducha sin quitarse los vaqueros, agarró a Harry y lo estrelló contra las baldosas.
Lo había medio esperado, pero Harry se sorprendió por la vehemencia del otro hombre. Abrió la boca y gruñó cuando su espalda golpeó dolorosamente contra la pared fría frente a la cortina.
Louis estiró la mano a los mandos de la ducha y subió la temperatura del agua hasta algo más tolerable, apoyando el antebrazo sobre el pecho de Harry.
—Realmente tenemos que trabajar en ese temperamento tuyo —dijo arrastrando las palabras mientras se apretaba contra el cuerpo de Harry.
Un suspiro estremecido escapó de Harry mientras extendía las manos apoyando las palmas contra las baldosas. El agua caliente y la presión del cuerpo del otro hombre estaban haciendo el truco de ponerle completamente duro otra vez.
—Louis —dijo con dureza.
—Cállate —susurró en respuesta Louis mientras todo su cuerpo entraba en modo placaje y expulsaba todos los demás pensamientos de su mente. Agachó la cabeza para lamer un reguero de agua que bajaba por la clavícula de Harry y luego le mordió ligeramente.
Harry gimió y puso los ojos en blanco mientras sus manos se movían sin pensar para aferrarse a las caderas de Louis.
—Me vuelves jodidamente loco —dijo con voz ronca.
—Odio tener que decírtelo, pero creo que ya lo estabas mucho antes de que yo llegara —murmuró Louis antes de levantar la cabeza y besar a Harry lentamente.
Este subió una mano para curvarla alrededor del cuello de Louis mientras se besaban y separó los pies para que Louis estuviera justo contra su cuerpo. Su paciencia y el buen sentido volaron. No quería decir que no a esto. Era mucho mejor que cualquier bebida alcohólica o drogas. Su sangre vibraba, su pecho y su vientre estaban tensos.
—Puede que te resulte un poco más difícil echarme la próxima vez —susurró Louis mientras una mano serpenteaba por el cuerpo de Harry y entre ellos.
Con la siguiente respiración Harry casi se ahogó cuando la mano de Louis se deslizó entre sus cuerpos, suave contra el algodón mojado que raspaba contra su torso desnudo. No, él no se imaginaba arrojando a Louis a ningún sitio. Abrió los ojos.
ESTÁS LEYENDO
Retirada (Larry Stylinson)
Mystery / ThrillerUna serie de asesinatos en la ciudad de Nueva York ha bloqueado tanto a la policía como al FBI, y ambos sospechan que el culpable es un solo asesino que manda un indescifrable mensaje. Pero cuando los dos agentes federales a cargo de la investigació...