¡! : Este capítulo presenta la muerte de un personaje
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El amor a primera vista es un cliché que sucede en todas partes, sin embargo es tierno decir que al cruzar miradas ya sabías que lo amabas, sentir, aquel cosquilleo que recorre tu alma en tan solo una mirada.
Pero por más dulce que le pareciera sabía que era ridículo, enamorarse de quien ni siquiera conoces no tenía sentido, eso lo sabía.
Aunque, tal vez haría un excepción, solo esa vez, por un desconocido cliente que llegó a atenderse a aquella cafetería, en donde aun trabaja, un joven de tez blanquecina acompañado de quien parecía su amigo llegó, al principio pudo no tomarle importancia, pero cuando se acercó a tomar su pedido lo noto diferente.
─── ¿Disculpen que desean ordenar? ─── Pregunta, lo mismo de siempre otra vez esperando solo su respuesta.
─── Bueno, yo quiero un café americano y... Un pay de manzana ─── Dijo.
Él Tenía una dulce voz suave, que como melodía hipnotizo a sus oídos con dulzura, su corazón se aceleró por un momento, dentro de la confusión en su mirada se perdió, en aquellas estrellas turquesa, y el olor de su aroma de perfume a cerezas, entre los hilos de un tinta turquesa entre su cabello, largo y de apariencia suave. simplemente quedó embobado. Había sido un completo ciego al restarle importa a su presencia.
Él era... una belleza, que dejo acelerado a su corazón.
─── ¡Yo quiero pastel y un Mocca! ─── Grito de forma infantil un tercer individuo, Sebastián había olvidado que estaba ahí.
Esa voz lo saco de su trance, movió su cabeza de un lado a otro tratando de fingir que no había sucedió nada.
─── Si, en un momento se los traigo ─── Se fue.
Definitivamente había quedado atontado.
─── ¿Que demonios fue eso... ? ─── Tocó su corazón que aún seguía acelerado, respiro hondo ─── Él... ¿Acaso yo? ─── Pensó, estar enamorado podría parecer una total confusión, y aún más lo era saber que hace un momento pensaba en eso como una total ridiculez, que ciertamente le encantaba en películas pero no en la realidad. ─── ¡No, no!, tal vez solo era muy lindo, nada más.
Al tomar su orden y entregarla, desde lejos lo observó, a aquel desconocido de quien ni siquiera sabía su nombre, pero que llamo su atención de una forma extraña, sobre el bar apoyo su mano echando a ver a la nada, aunque, pensando en ese bonito rostro sobre las nubes, solo porque no quería verlo tan fijamente.
Y cuando se fue después de pagar su orden sintió un vacío en su corazón, solo pareciendo su dulce sombra que se desvanecía en el aire, suspiro, de forma triste al tratar de olvidar su pena. Que fue al baño a limpiar su cara, con agua fría que lo hizo añorar escuchar su suave voz, mirando el reflejo del espejo sin encontrarse, pues frente a él, solo podía observar un tonto enamorado.
