95: Lujuriosos Sr. y Sra. Potter

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No eran los únicos… Harry estaba tenso, después de organizar todo, de entrevistarse con el consejo de magos, de haber incluso, tenido una cita importante con Arthur Weasley… El pensaba que a lo mejor el señor Weasley se iba a poner en contra de todo lo que Harry decía

Pero al parecer, las actitudes de Ginny le hacían pensar que algo no andaba bien, que ella había echo algo, porque estaba recluida en su recámara, ya no trabajaba ni hacía nada, pero no les había dicho una sola palabra de lo que pudiera haber echo, ahora con lo que Harry le contaba…

-Estás muy tenso mi amor – susurró Mónica – Yo se que no la pasas bien, pero confío en tu criterio… harás lo que sea correcto

-He estado controlando a los hombres… Blaise, Draco y Tatum quisieran acudir a casa de los Weasley y sacar a Ginny a rastras, ir al negocio en donde está Ron y darle una golpiza…

-Eso no remediará lo que nos hicieron…

-Claro que no… Yo se que duele, lo viví, pero me siento entre la espada y la pared… La señora Weasley ha sido lo más cercano a una madre para mí, no quisiera hacerles daños

-¿Qué dice tu gente?

-Svetlana, mi asistente quiere linchamiento…

-Pobrecito de ti Harry – susurró Mónica acariciando su pecho y dándole besitos en su boca - ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?

-Con estar aquí y viva, es suficiente Moni…

-Falta algo – suspiró la señora Potter mientras desabrochaba su túnica y la dejaba caer, así mismo, con la camisa, metiendo sus manos dentro de su piel desnuda acariciándolo, rozando los dedos con mucho cuidado, sintiendo el vello masculino amoldado en el pecho

-Mónica – suspiró Harry

-Mi osito – susurró Mónica mientras descubría su pecho y hundía su rostro en él, aspirando su olor, depositando besos en su pecho y en sus tetillas, lamiendo con toda intensión, el torso del chico, haciéndolo emitir suspiros entrecortados

-Te amo – Masculló – Pero necesito un baño

-Tienes cinco minutos para bañarte mi amor – sonrió Moni - Harry… desnúdate… quiero que te termines de desvestir antes de entrar a la ducha

Harry se puso de pie y comenzó a quitarse la ropa, lo poco que le quedaba encima, los jeans, quedando solo en calzoncillo… mismos que se bajo, mostrando su cuerpo esbelto a Mónica, ella lo recorrió febrilmente… desde el cuello, el pecho, con aquella vellosidad que comenzaba en esa zona y terminaba hasta el pubis, aquella zona en donde comenzaba el miembro masculino y se mostraba orgulloso…

Pero miraba con tal adoración el pubis de Harry, el cual la excitaba de tal modo, que ya estaba muy acalorada… ella se acercó a Harry lentamente… y comenzó a besarle el cuello, los hombros…

-Voy a purificarte con mis besos – Susurró la chica

-Tengo que bañarme… - Se quejó el moreno

Pero ella seguía besando el pecho de Harry, succionando las tetillas de su marido, lamiéndolos y disfrutando el olor del chico, ensalivándolos, haciendo que se pusieran duros, Harry no metía mano por el momento, dejaría que ella, lo besuqueara, aunque se moría de ganas por poseerla.

-Moni…

-¡Joder, ve a bañarte! – Gimoteó y lo dejó ir

Pero Mónica alcanzo a Harry en el baño no aguantando los cinco minutos, abrazando efusivamente al pelinegro ojiverde y pegando su cuerpo al torso desnudo de su esposo, dispuesto a bañarse con él si era necesario

-¡Te extrañe! – Ronroneó Mónica pasando sus manos por todos lados y mordiéndose los labios al observar a donde iba ese caminito velludo salpicado de agua

-Yo también – Sonrió mientras desabotonaba la blusa de su mujer acariciando sus pezones endurecidos, ella le miraba con unos ojos brillantes y con suspiros intensos y entrecortados

Dándose un beso ansioso, con sus lenguas entrelazadas, mordisqueándose mutuamente, aquello era un festín de besos apasionados, mientras Harry le pasaba las manos desde su espalda hasta apretar su trasero y subiendo lentamente.

Ella bajo las manos hacia la entrepierna, acariciando la virilidad tentadoramente endurecida del chico… adoraba sentir aquellos vellos recubriendo parte de su masculinidad, bueno, es que era su sentir de Mónica, que adoraba el piso que pisaba el pelinegro

-¡Mi amor! – gimió Harry al sentir aquellas manos maravillosas que le jalaban su miembro con suavidad y le masajeaban lentamente – Harás que me venga en tus manos…

-No importa – Sonrió Mónica mientras lentamente descendía por aquel caminito velludo y encontrando con aquello que había manipulado e hipnotizada no dudó en darle servicio… Harry acarició el cabello mientras veía extasiado como su rubia esposa se lo comía y sin duda emitió un gemido, aquello era la gloria para el…

-¡Moni!

-¿Sientes rico verdad?

-Eres una traviesa…

Di siguió acariciando un poco más y luego subió hacia su rostro lamiendo todo su cuerpo, pegándose a el, sintiendo como la virilidad de su esposo estaba a punto de explotar…

-¡Oh, nena, tu si que eres excitante!

-¿Quieres dármela Harry, quieres meterla ahora mismo, me deseas, quieres poseerme? Ya la tienes bien dura… estás caliente nenito…

-¡Nena, Nena, bebita! – Chilló el moreno y no aguanto mucho, de inmediato la llevó a la cama y la arrojó a la cama, mientras comenzaba a poseerla una y otra vez, haciendo que Moni se retorciera y gimiera, extasiada al sentir la virilidad de Harry introducirse en ella...

-¡Harry, Harry, bebito, mi vida, mi osito!

-¿Te gusta, te gusta mi vida?

-Me gusta todo de ti Harry…

-Te amo… te amo nena… te juro que te amo…

-Yo también… yo también te amo…

Harry terminó dentro de Moni, quien aun sin mucho aire, comenzó a besarlo de nuevo de modo intenso mientras sus manos volaban por aquel cuerpo masculino, aquello excitaba de nuevo a Harry que adoraba que ella deseara todo de el.

Ella entendió el brillo en sus verdes ojos y conocía los deseos de Harry, así que comenzó de nuevo a excitarlo, ya que aquellos juegos del amor, aún comenzaban, aquello era exquisito y ella disfrutaba de sobremanera que el se retorciera bajo sus caricias y sentir como se endurecían ciertas partes masculinas bajo sus labios y si su virilidad fuera de chocolate, ya se lo hubiera comido ¡Es que Mónica era insaciable!

Pero su lengua juguetona, pronto accedía a hacer maravillas y Harry exhalaba extasiado y gemía placenteramente, haciendo que Mónica se sintiera complacida, eso demostraba que su hombre estaba disfrutando…

¿Y se quejaban de Hermione?

Cuando amanecía, ambos estaban abrazados, desnudos, en aquella habitación, rodeados de una atmósfera mágica y romántica… mientras ella se enredaba en su pecho y el le recorría su cuerpo desnudo magnífico, masajeándole el trasero… el cual era firme aún…

-¿Te gusta?

-Lindo trasero…

-Lujurioso Potter – susurró Mónica

-Tú eres la lujuriosa…

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora