Paranoias - SportaRobbie

Corriendo como puedo (Segunda Parte)

El héroe siguió corriendo como podía, pero se cayó cuatro veces. A la quinta vez que se levantó Rotten le estaba silbando, detrás suya con un arma en su mano izquierda, el moreno le sonreía satisfactoriamente.

- Cariño, ¿a dónde ibas?

- Robbie...

- ¿A dónde ibas? - volvió a repetir la pregunta el delgaducho - ¿Por qué huyes?

- Robbie - el rubio se sentó en una piedra que había allí -, te lo pido por Dios, guarda el arma.

- ¿Acaso no te he tratado bien?

- Estar colgado de manos con unas esposas de hierro en tu habitación sin comer bien, sin beber mucha agua y con sueño acumulado, pues ¿qué respuesta quieres oír? Aparte de drogarme, abusar de mí y obligarme a que te hiciera el amor, pues no Robbie, no me has tratado bien.

Robbie bajó el brazo con el arma que apuntaba a su «chico».

- ¿Tan difícil soy de amar? - a Robbie le caían las lágrimas - ¡¿Por qué todos me abandonan?!

- Robbie - apareció Stephanie detrás de él, ella sonreía como siempre hacía para alegrar al más desdichado -, encontrarás a alguien que te quiera de verdad, pero retener a alguien durante unos días eso es secuestro.

- Cierra la boca puta - le amenazó Robbie apuntándole con el arma -. ¡¿Acaso sabes lo que es ser gay en una sociedad que te aplasta como una cucaracha solo por amar a alguien de tu mismo sexo?! ¡¿Acaso sabes lo que es sentir el desprecio de tus padres al descubrir que no eres un chico «normal»?! ¡¿TIENES IDEA DE QUE POR MUCHOS AMIGOS QUE HAS TENIDO TE HAN DEJADO DE LADO POR SER MARICÓN?! ¡¿LO SABES?!

- Robbie - Sportacus quería tranquilizarlo -, entendemos todas las desgracias que has tenido que pasar, pero secuestrar a alguien, no está bien.

- ¡¿Y POR QUÉ ME HAS ESTADO MANDANDO SEÑALES?

- Te lo he explicado un montón de veces - aquella respuesta no le interesaba al joven -. Solo sentía algo por ti, pero no me gustaba el hecho de mantener una relación contigo. Tengo una personalidad alegre e intento caer bien y ayudar a los demás, me he sentido atraído por ti y por Stephanie. Pero en el momento que me empezaste a besar y me puse encima tuya, aquella tarde cuando me hiciste cambiarme de ropa, sentí que no sería lo mismo contigo que con Stephanie. Tal vez, no sea bisexual, puede que sea un simple hetero o no sé ya.

- Entonces - Robbie estaba destrozado -, ¿cuándo me preguntaste si me ponías nervioso, qué era?

- Me hizo gracia porque sabía que te excitaba, creo que eso era lo único que me gustaba de ti.

- ¡ERES UN PUTO VICIOSO DE MIERDA, SPORTACUS!

Robbie le apunto con el arma. En cambio, Stephanie se dio la vuelta, no quería ver cómo el villano de Lazytown le quitaría la vida al héroe.

- ¡Stephanie, mírame!

Le gritó Robbie. La chica le obedeció de inmediato.

- ¿Tú lo sabías lo de Sportacus?

- Él me confesó que era bisexual, y yo le contesté que te besará para salir de dudas. Robbie a vosotros os respeto, pero vuestro mundo nunca lo voy a comprender.

- Es muy fácil, encanto - dijo el villano con el arma apuntando a Sportacus -. Si eres gay, lesbiana o una persona trans, las personas desearán matarte. En el caso de los bisexuales los cogen como jodidos viciosos, pero para mí un vicioso es un heterecurioso que no sabe si es gay o hetero. Solo quiere sacar de dudas su sexualidad que ni él ha descubierto en lo que lleva de vida.

- Robbie, por favor, baja el arma.

- Te has burlado mucho de mí, ¿verdad, Sportacus? Lo noto en tu mirada.

- No Robbie - contestó el joven -, jamás me hubiera burlado de ti. Te dije que era bisexual, luego no me gusto el hecho de besarte y me obligaste a estar contigo.

Robbie empezó a llorar de la ira.