El Arte De Amar. (Jenlisa)

⋆˚࿔ Capítulo 37 𝜗𝜚˚⋆

. ݁₊ ⊹JENNIE KIM . ݁˖ . ݁

—Karen, por favor, agéndame una cita con la cliente de la semana pasada, tengo algo pendiente con ella —ordené—. Y hazme el favor de también decirle a Matteo que lo quiero ver en mi oficina.

—Señorita, el joven aún no llega.

—Cuando llegue le dices que pase, necesito hablar con él —caminé hasta mi oficina y me encerré ahí—. Muy bien, vamos a comenzar con lo básico.

Me sumergí en el trabajo, aún pensativa por la noche tan larga que había tenido, o quizás la más corta, porque no quise que terminara, pero tuvo que hacerlo. Y la verdad es que si me hubieran dicho que después de esa noche yo quería seguir mirando más películas al lado de Lisa, observando como carga al bebé, tendría que decirme a mi misma mentirosa.

Miré a un vacío que había en la oficina, una sonrisa se me plantó en el rostro al momento de volver a ese recuerdo, era algo casual, pero que me enternecía el alma. De todas formas, sé que nada pasará nuevamente entre nosotras.

La que tiene que solucionar las cosas soy yo, no Lisa, y lo cierto aquí es que ella se va en pocos meses, y todo quedará como siempre, yo aquí y ella en otro lado del mundo haciendo su vida.

Estando con otra chica y... cerré los ojos con fuerza ante la arcada involuntaria que sentía de solo pensar que ella estaría con alguien más que no fuera yo.

Volví la mirada al trabajo, dejando que me absorbiera para no pensar cosas innecesarias que dejaran un vacío en mi mente al final del día.

—Me dijo tu secretaria que me necesitabas —Matteo entró a mi oficina—. Y espero que sea para pedirme perdón por lo de ayer.

—Matteo, cállate —espeté—. Por una vez en tu vida compórtate como un adulto, deja lo infantil de lado. ¿Qué te pasa con Lisa?, ya lo pasado es pasado, si no te gusta mi amistad con ella, pues facilmente a mí no me importa, tú y yo somos amigos, mantén tu línea. No quiero nada contigo, acéptalo. No te lo quería decir de esa manera, pero tu actitud es estúpida.

Se sentó frente a mí, —Cuando le fuiste a pedir perdón, ella te dejó.

—No, Matteo. Cuando yo fui a pedirle perdón a Lisa ella hizo lo correcto —alegué—. Puso su dignidad por encima de cualquier cosa, porque así tiene que ser, y así debes ser tú. Desde el momento que te dije que no debiste aceptarlo y dejarlo como estaba, si no estás feliz siendo mi amigo, pues no lo seas, pero es lo único que te puedo ofrecer.

—No me digas que sigues enamorada de Lisa —se inclinó sobre la mesa.

—Sí, Matteo —acepté—. Estoy enamorada de ella. Aún la sigo esperando, a pesar de que ha pasado un tiempo, yo siempre estoy aquí para ella.

—Es que, Jennie, ella compró el lugar que nosotras queríamos para la próxima sucursal, eso no es justo. Dile algo, dile que renuncie a ese lugar.

—Matteo, ¿sabes cuantos lugares hay en este país?, busquemos otro, ¿cuál es tu maldita necesidad de siempre pelear solo contra Lisa? —resoplé—. Y te llamé no para hablar de Lisa, mira este caso.

Él lo agarró para leerlo.

—Pensé que lo habías solucionado —lanzó la carpeta sobre mi escritorio—. No tenía ni idea que seguía en vigencia.

—No, no lo hemos arreglado. Por eso te pido que te encargues de él, ya que estás tan desocupado.

Matteo negó, —No puedo creer que si ella te lo pide vayas a aceptarla otra vez en tu vida.