Tres Infiernos Diferentes

1 . Sanando

RACHEL

He aquí una vez más en mi entrenamiento semanal, la vida es una constante rutina de ejercicios en la mañana, tratamientos y terapias en la tarde, y noches con mis compañeros del centro de desintoxicacion.

El centro de desintoxicacion en donde me he decidido internar es el CCT; mi paso por aquí ha sido muy duro, mi cuerpo estuvo dañado por mucho tiempo, el tratamiento es extenuante y constante, el trato excelente y quiero recalcar que mi doctor, el General Reece Morgan, fue bastante severo con cada paso de la desintoxicación, me hacía aterrizar a cada nada y me llevaba al limite todo el tiempo, pero siempre me daba las mejores opciones para mí, siempre me alentó y apoyo en cada decisión, grande o pequeña que tomaba.

No niego que fue una sorpresa conocerlo, no se parece en nada al carácter de su sobrino y ni al de su hermano, el Ministro Morgan, es más bien un señorón picaron, que te levanta el ego constantemente. Lo aprendí a respetar y querer al mismo tiempo.

Tengo una compañera de cuarto; el tratamiento aquí es costoso y es por ello que comparto el cuarto con otra chica más aminorando el precio del mismo ya que me lo estoy costeando yo misma; Ava, una californiana adicta a la metanfetamina es una bailarina bella de ojos color café, pelo rojo y piel blanca como papel, nos hemos echo compañía y dado ánimos en cada bajón que nos tocaba.

Si bien, su tratamiento es diferente al mío, las terapias las hacemos en conjunto, tenemos actividades en común y me enseñó a bailar en el caño.

Reece estuvo de espectador cuando mando a que nos instalarán un tubo en un cuarto a modo de distracción, no niego que fue un parto de risa cuando intentó bailar él igual. Nos reímos y unimos más ese día cuando nos comentó de su gran amor por el baile, más bien por el tango, y es por ello que a la semana nos trajeron a un bailarín que nos enseñó unas rutinas divinas.

Agradezco su dedicación, y el confort que nos hace sentir a todos aquí.

Mi familia se mantiene en contacto a través de correspondencia, no eh negado que mi miedo más grande al tomar esta decisión era si ellos iban a estar bien, por lo que me cuentan todo está saliendo con normalidad, y mis médicos me prometieron que de seguir así voy a poder comunicarme con ellos vía telefónica, ansiosa espero que llegue pronto el momento de escuchar sus voces.

Mis amigos se han comunicado de la misma manera, Luisa, Laila, Brenda, Scoot, y hasta Lulu me han enviado sus saludos. Me conforta el saber que todo continuo bien desde mi partida.

Llega el décimo mes de tratamiento, las jeringas salen de mis brazos en una rutina para saber cuánto HACOC hay en mi sistema, la ultima vez tenía un 40% del mismo. Algo que me bajoneo un montón. Pero me propusieron otro tratamiento más agresivo y experimental, el cual acepté.

Pasa una semana y me entregan el resultado. Solo queda un 8% de HACOC en mi sistema, el Chequeo medico me dijo que conforme avanza el tiempo todo está mejorando... Desde mi salud física a mi salud mental, los primeros meses no dejaba de tener pesadillas del maldito infierno al cual me sometió Antony Mascherano, pero ahora estoy sanando y solo me dio más ganas de enfrentarlo y atraparlo para hacerlo pagar por lo que me hizo.

Llore, sufrí y pensé mil veces mi decisión tomada, mi relación con Cristopher no fue más que pura lujuria, no era amor de verdad... Intento convencerme de ello... De que solo fue eso... Lujuria...

Viendo el atardecer pienso una y otra vez, que mi regreso será más maduro, y que lamento tanto haber dañado a tanta gente con mis decisiones, con mi terquedad, ahora se que no es un juego, y la separación de mi familia y amigos no va a ser en vano, voy a ser la mejor en todo lo que me proponga, no voy a tomar decisiones que pongan en duda el apellido James, porque si de algo estoy segura, es que mi nombre... Rachel James Mitchels no va a ser débil, no va a demostrar derrota y voy a ser la puta ama de todo lo que me proponga.