Capítulo 38: El Lamento de Fuego y Hielo

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Capítulo: El Lamento de Fuego y Hielo

136 d.C

La torre en la que Rhaela estaba confinada se había convertido en su prisión y su santuario, una burbuja de desesperación y locura. La desesperación había llevado a Rhaela a un estado en el que la realidad y la fantasía se entrelazaban de manera confusa. Su mente estaba llena de recuerdos, de traiciones, y de un profundo sentimiento de pérdida. En medio de este caos, Rhaela buscó consuelo en las melodías que una vez había conocido y amado. La única compañía que le quedaba eran las sombras que la rodeaban, y con el tiempo, comenzaron a tomar forma en su mente como una especie de audiencia fantasmagórica.

Una noche, mientras el viento aullaba afuera y la oscuridad envolvía la torre, Rhaela se sentó en el suelo frío, rodeada de las sombras de su imaginación. Su vestido, ahora deslucido y arrugado, se arrastraba alrededor de ella mientras se acurrucaba en una esquina de la celda. La desesperación la había empujado a buscar cualquier forma de escape, incluso si era solo a través de las canciones de su pasado.

Con una voz quebrada pero decidida, Rhaela comenzó a cantar. La melodía de la canción de "Fuego y Hielo" resonó en la habitación desierta, su voz transmitiendo tanto su dolor como su esperanza perdida.

Canción: "Fuego y Hielo"

(Verso 1) En la noche más oscura, donde el hielo encuentra su fin,
Se levanta una llama, que arde en el corazón de quien está sin sin.
De promesas rotas y juramentos olvidados,
El fuego quema fuerte, en los corazones que han sido traicionados.

(Coro) Fuego y hielo, el destino entrelazado,
Dos mundos separados, pero en amor atrapado.
Bajo la luna fría, y el sol ardiente,
La batalla entre el corazón y la mente.

(Verso 2) En el campo de batalla, donde la esperanza muere,
Los dragones vuelan alto, el acero brilla en el aire.
Los sueños se desvanecen en las llamas del pasado,
Y los recuerdos de amor se pierden en el viento helado.

(Coro) Fuego y hielo, el destino entrelazado,
Dos mundos separados, pero en amor atrapado.
Bajo la luna fría, y el sol ardiente,
La batalla entre el corazón y la mente.

(Puente) El hielo corta profundo, el fuego consume todo,
En la batalla de sentimientos, el corazón queda roto.
Pero incluso en la oscuridad, hay una luz que brilla,
Un recuerdo de un amor, que en el hielo aún respira.

(Coro) Fuego y hielo, el destino entrelazado,
Dos mundos separados, pero en amor atrapado.
Bajo la luna fría, y el sol ardiente,
La batalla entre el corazón y la mente.

(Final) Así canta la canción, en la noche interminable,
De un amor que fue fuerte, pero ahora es inquebrantable.
Fuego y hielo, la eternidad en juego,
En la memoria de un corazón, que siempre arderá con fuego.

La voz de Rhaela, aunque quebrada y llena de dolor, transmitía una profundidad que resonaba en los rincones más oscuros de la torre. La canción, un reflejo de su tormento interno, se convirtió en un lamento para su corazón roto. Mientras cantaba, las lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas, mezclándose con la desesperanza que había sido su única compañera en esos meses de aislamiento.

El eco de su canción llenó la torre, envolviendo el espacio en una atmósfera de tristeza y resignación. Aunque las notas eran las mismas que antes, la interpretación de Rhaela estaba cargada con una desesperación que solo la soledad y la traición podían provocar. En ese momento, la canción no era solo un recuerdo, sino una forma de expresar el dolor que no podía ser articulado de otra manera.

El último dragón: La casa del dragónWhere stories live. Discover now