9 meses [UmeSaku]

Introducción

El campo es un lugar relajante para todo el mundo, estar 100% relacionado con la naturaleza y 0% a la tecnología.

Un aire tan puro, un lugar menos ruidoso, gente amable, aire fresco, una tranquilidad

El viento soplaba y removía su cabello, su mirada estaba posada en la de su pareja. Se veía tan feliz, tan contento, como si estubiera charlando con las plantas, las cuidaba, regaba, hechaba abono suficiente. Todo lo veía en silencio, aún no se había dado cuenta de su presencia y solo verlo le daba una extraña felicidad

Él era tan pacífico y él todo lo contrario, siempre ha sido un poco violento para defenderse. La ciudad era muy ruidosa, debía abstenerse de la tranquilidad y mantenerse para sobrevivir.

Cuando vino al pueblo todo era muy lindo, tranquilo, pacífico y sobre todo cálido.

Su sonrisa era notoria, la calidez de verlo llenaba su corazón. Miro el cielo despejado el color celeste ampliaba todo el cielo.

—Sakura!— escucho que lo llamaron y su vista se poso en su pareja.

Dejo la tierra y se sacó sus guantes. Tenía una camisa blanca sucia, una toalla alrededor de su cuello. Siempre con esa sonrisa que lo caracterizaba y con lo que lo había enamorado. Lo iba a abrazar pero recibió un golpe de parte del bicolor

—No seas idiota, estás todo sucio—

Sobo donde su golpe y se disculpo con su pareja, era verdad que estaba todo sucio. Lo tomo de la mano y le hizo un recorrido por todo el huerto. El solo verlo reírse y emocionarse lo hacia sonreír y su corazón se calentaba.

El sol comenzó a ser de la suya e iluminando por todo el campo. Se sentaron bajo un árbol cubriéndose de aquel sol abrasador, comían una sandía fresca mientras veían todo el extenso huerto.

Nadie decía nada, pero no era incómodo. El heterocromo estaba acomodado en el hombro del albino mientras comía la sandía, el contrario solo lo abrazo por los hombros y veía el cielo.

No necesitaban hablar para saber lo mucho que se amaban.

Lo espero hasta el atardecer. El albino debía seguir trabajando él solo se quedó bajo el árbol mirándolo, podría pasar las horas y nunca se aburriría de contemplarlo. El frio comenzaba a hacer presente, se levantó del pasto y sacudió su ropa, se dirigió al albino que estaba hablando muy amenamente con su amigo Hiiragi.

—Umemiya— lo llamo

Su mirada fue con el bicolor y solo se despidió de su amigo, tomo la mano de su novio y fueron hasta la hacienda

—Deja que le aviso y nos vamos—

—No demores—

Solo asintió y lo espero fuera de la gran vivienda. La oscuridad comenzaba a hacerse presente. Por alguna razón se sentía ansioso, su mirada se posaba a la luz de la farola. Pero un abrazo por detrás lo altero y golpeo por reacción