Chris se había despertado cerca de las 4 de la mañana. El espacio de su cama lo perturbaba, normalmente el estaba acostumbrado a dormir junto a su amor, pero esta vez era diferente.
Eran las 7AM y el estaba mirando el techo, pensando en todas las cosas que le habría gustado hacer con Koni. Salir de citas, llevarlo a Francia y ver el atardecer hasta quedarse dormidos los dos, dándose la mano.
De repente un ataque de vomito irrumpio su seriedad, aparentemente la comida de anoche no había pegado bien. ¿O tal vez fue la depresión del momento? No lo sabe, pero lo ignoro.
Se levantó, se puso las pantuflas violeta tulipán y se fue a preparar un café. Normalmente la pava del café ya estaría hecha, Koni tomaba mucho café antes, por lo que Chris no sabía realmente cómo hacer café, de hecho solo lo había hecho un par de veces. El peli violeta se sentó en la silla qué estaba más cerca de la cafetera para que no hierva el café.
La pava sonó. El adulto se levantó de la silla y se sirvió su taza de café. Junto con su café decidio ir al pasillo de su gran casa. Esta tenia las paredes del hall llena de fotos de el y Koni. Todo lo que pasaron juntos se había retratado en cuadros de pintores costosos que Chris había logrado pagar gracias a la cantidad de dinero que la familia del chico tenía.
La primera fue una foto de ellos en un parque.
La segunda era ellos en una cita.
Su primer beso.
Su casamiento.
El chico mira a su anillo de casamiento y lágrimas empiezan a caer de sus ojos. Todo su mundo dejó de existir en un santiamen. Su última vista a los cuadros pintados eran Chris y Koni en el cumpleaños del peli azulado, "Feliz día, Koni! Te vas a mejorar! Con amor, Chris" era un cartel que colgaba de las paredes. Había globos y los dos chicos parecían bastante felices juntos.
Los ojos de Chris estaban llorosos, ya no podía ver con claridad por lo que salió corriendo hacia su alcoba. Tal vez una siesta haría que el dolor se fuera y pudiera empezar otro día sin eso.
"Te extraño, Koni."
