Chispa de amor

21. Verano

Son las seis de la mañana ¡joder!, y yo ya estoy despierta, no quepo de la emoción por saber que Sam estará aquí en unas horas, nunca me he despertado tan temprano en tiempo de vacaciones, normalmente soy como un oso que hiberna en estas temporadas, es casi un pecado capital madrugar, pero aquí estoy mirando al techo y con la emoción a tope, me convenzo a mí misma de que no seré productiva aquí en cama, tengo que activarme, será mejor que empiece mi rutina, aún tengo unas horas antes de que Sam llegue lo primero será el ejercicio, hoy no saldré a correr, utilizaré el pequeño gimnasio de mis hermanos, me pongo un pants holgado color negro, una camiseta sin mangas de Queen y una sudadera, ya que al ser tan temprano debe estar fresco afuera, tomo mis audífonos y me dirijo al jardín trasero, una vez ahí soy recibida por Max, él me acompaña mientras hago mi calentamiento antes de iniciar, él salta a mi alrededor, supongo que imagina que estamos jugando, mi ejercicio de hoy consiste en hacer rutina con pesas, un poco de calistenia y golpear el costal de box, mi lista de rock para ejercicio hace que todo sea más motivante, al final parece que Max se cansó de verme y ahora duerme cerca de donde estoy; cuando termino mi rutina ya son las siete, decido entrar a casa para tomar una ducha, pero al pasar por la cocina me llevo un susto de muerte al encontrarme por sorpresa a mi padre.

-¡Ay! – Doy un pequeño brinco - ¡Papá! Me asustaste

-Así has de tener la conciencia... – Bromea conmigo

- Mi conciencia está bien, mejor que mi corazón por el susto – Ambos reímos.

- ¿Qué haces despierta tan temprano?

- No podía seguir durmiendo así que decidí hacer ejercicio - Mientras hago mi confesión, mi estómago se llena de mariposas al recordar porque no puedo dormir.

- Supongo que la visita de Sam te tiene así ¿no? - Dice con una sonrisa divertida.

- ¡Sí! - Le digo con emoción - Es que ella es tan ¡wow!, ya quiero verla - Estoy segura de que mi sonrisa en este momento podría iluminar toda una cuadra.

- ¡Ay hija! Tu energía es tan contagiosa - Me sonríe con ternura - ¿Tienes algún plan para su verano? 

- Sí, pienso pedirle que sea mi novia, quiero hacerlo especial cuando estemos en la playa ¿qué te parece?

- ¡Esa es mi hija! ¿Necesitas ayuda? - Me dice con una sonrisa cómplice.

- Mmmm pues... realmente no sé cómo hacer eso, normalmente eso lo hacen conmigo, solo quiero que sea especial pa' - Digo con nervios.

- Mmmm - Mi padre analiza un poco lo que le dije - No creo que sea complicado hija, solo saca tu lado romántico... ese que sé que muy pero muy en el fondo debes de tener, porque nunca lo he visto en ti - Se burla de mí - Con tu madre me funciono un gran ramo de rosas y una cena que yo le cocine - Ahora él es el que tiene una sonrisa que iluminaría la cuadra al recordar a mi madre.

- ¡Wow! ¡Espera! Nunca te he visto cocinar - Le digo con emoción.

- Bueno el amor te hace hacer locuras, he de confesar mi sazón no fue bueno - Ambos reímos.

- Pero tu padre se esforzó tanto que no pude dejar de comer lo que cocino para mí, fue lindo, después de eso no pude dejarlo ir - El rostro de mi padre se ilumina al ver a su alma gemela.

Al parecer mi madre estuvo escuchándonos todo este tiempo, los tres platicamos un poco o bueno ellos hablaron la mayor parte del tiempo, con su ayuda pude armar un plan para mis vacaciones con Sam, porque aunque fuéramos con mi familia, pude negociar con mis padres que nos permitieran pasar unos días aparte para pasar un tiempo con mi futura novia.

Unas horas después...

Estoy tan emocionada por ver a Ari, también un poco nerviosa por convivir con su familia, he de confesar que en esta ocasión estoy tan agradecida con mi padre por dejarme ir, antes de tomar el autobús que me traería hasta aquí, el sorprendentemente me abrazo antes de marcharme, me hizo prometer que no haré tonterías y que me seguiré portando tan bien como lo he hecho en estas semanas con ellos, este fue uno de esos pocos momentos que puedo sentirme feliz de mi relación con él.