—¿Qué quería hablar conmigo? —preguntó Tori, sentándose junto a él en la banca.
Robby suspiró, mirando al suelo con una mezcla de resignación y frustración en su rostro. —Tori, lo siento por lo que pasó antes. No debería haber intentado llevarte de esa manera.
Tori lo miró con una expresión fría y desafiante. —¿Por qué lo hiciste, entonces? —preguntó.
Robby se encogió de hombros, su tono teñido de una amargura contenida. —¿Por qué Silver está de vuelta? —preguntó, evitando su pregunta directamente.
Tori frunció el ceño, su paciencia claramente agotándose. —No es de tu incumbencia, Robby. Pero entiende que no somos amigos, y no voy a traicionar a Cobra Kai.
Robby la miró con una sonrisa irónica. —¿No vas a traicionar a Cobra Kai, o no vas a traicionar a ese chico? —dijo, refiriéndose a Kwon.
Tori se sonrojó ligeramente, pero mantuvo su compostura, aunque el enojo en su voz era palpable. —No voy a traicionar a nadie, Robby.
El asintió lentamente, aceptando la respuesta con más resignación que acuerdo. —Ten cuidado, ¿de acuerdo? Silver no es alguien en quien se pueda confiar.
Tori se levantó bruscamente. —No necesito tu preocupación, Robby. Sé lo que estoy haciendo.
(...)
Tori caminaba por el dojo en dirección a la sala de entrenamiento cuando escuchó los fuertes golpes provenientes del área de los makiwaras. Al asomarse, vio a Kwon entrenando con una intensidad inusual, sus puños golpeando la madera con una fuerza casi brutal.
Se acercó a él con cautela. —¿Estás bien? —preguntó, tratando de sonar calmada.
Kwon apenas levantó la vista, sus ojos estaban oscuros y concentrados en el makiwara. —Sí —respondió cortantemente, sin detener sus golpes.
Tori frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración empezaba a burbujear dentro de ella. —¿Vas a seguir con tu estupidez de ignorarme? —le espetó, cruzando los brazos sobre el pecho. —Yo nunca te hice nada.
Kwon se detuvo finalmente, sus puños aún apoyados en el makiwara. Respiraba con dificultad, pero su mirada seguía fija en el punto donde había estado golpeando. No te estoy ignorando Nichols—dijo en voz baja, sin mirarla directamente.
Tori bufó, dando un paso atrás. —¡Claro que sí! —exclamó, con enojo. —Me estás evitando y no sé por qué. ¿Es por lo que pasó con Robby?
Kwon finalmente levantó la mirada. —No es por Robby —espetó. —Nos traicionaste, Nichols. Me traicionaste a mí. —Murmuro lo último, pero sus palabras salieron llenas de rabia.
Tori se quedó sin habla por un momento, sorprendida por la acusación. —¿Traicionarte? ¿Cómo puedes decir eso?
Kwon soltó un resoplido amargo. —¿De verdad no te das cuenta?
—Sabes perfectamente que nunca traicionaría a Cobra Kai. —Se dio la vuelta, decidida a irse, pero Kwon la detuvo, tomando su brazo con fuerza.
—¿De verdad? Ya lo hiciste una vez, ¿no? Por ese chico —espetó, refiriéndose a Robby.
Las palabras de Kwon fueron como una bofetada para Tori. Se sacudió de su agarre, su cuerpo temblando de rabia. —Eres un idiota —dijo. Se dio la vuelta y empezó a alejarse rápidamente, sus pasos resonando en el dojo.
Antes de que pudiera irse más lejos, Kwon la alcanzó de nuevo, esta vez tomándola de ambos brazos. La giró hacia él con una fuerza que no era agresiva, pero sí firme. Tori que apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que el inclinara su rostro hacia el suyo y la besara. La tomo por sorpresa pero al mismo tiempo era como si lo hubiera estado esperando hace una eternidad.
Tori se sintió arrastrada por la intensidad del beso, como si estuviera cayendo en un abismo sin fondo. Pero no quería escapar, no quería soltarse. Quería sumergirse en ese abismo, quería perderse en la profundidad de los ojos de Kwon. La cercanía, el calor y la urgencia del momento hicieron que todo lo demás se desvaneciera. Kwon la sostenía con fuerza, pero también con ternura, como si cualquier movimiento brusco en ese momento la fuera a romper, mientras se dejaban llevar.
Finalmente, se separaron, ambos respirando con dificultad. Ella lo miró a los ojos, viendo vulnerabilidad en su mirada algo que no había visto antes.
—No quiero perderte —susurró Kwon, su voz estaba llena de sinceridad. —No quiero sentir que ya no puedo confiar en ti.
—Entiendo. —dijo Tori. —No me iré, puedes confiar en mi kwon siempre pudiste.
El asintió. —Bien. —dijo, con un tono suave. —Bien.
Tal vez estaban yendo demasiado rápido, y la incertidumbre de sus sentimientos a veces los asaltaba, pero lo que experimentaban juntos era innegable. Era como si, a pesar de no tener una definición clara de lo que sentían, sus acciones y miradas contaran una historia más profunda. Cada intercambio de miradas, cada momento compartido durante el entrenamiento, parecía desvelar un entendimiento mutuo que iba más allá de las palabras. A medida que sus vidas se entrelazaban, se daban cuenta de que estaban creando un vínculo único, uno que desafiaba sus propias dudas e inseguridades. A través de los pequeños gestos y las silenciosas conexiones, encontraban un lenguaje propio que, aunque no estaba del todo definido, hablaba con claridad sobre lo que significaban el uno para el otro.
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𝔄𝔩𝔪𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔠𝔬𝔪𝔟𝔞𝔱𝔢-𝔉𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠
FanfictionSus caminos se encontraron, buscando la victoria... •Torneo Seikai TaiKai• Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor.