Despertar en una habitación extraña, luego de no saber nada de ti mismo, no era la mejor forma de empezar un nuevo día, Giyuu estaba completamente seguro de eso.
Eran aproximadamente las siete de la mañana, cuando por fin decidió despertar. Su esbelto y delicado cuerpo, era cubierto apenas por una camisa blanca, la cual le quedaba algo grande, le llegaba hasta la mitad de sus muslos. Esa fina tela, apenas y lo cubría del frío que se colaba por la ventana de aquella extraña habitación.
Sus pensamientos eran borrosos, lo último que veía en ellos, fue cuando se separó de Sanemi en aquella fiesta y se dirigió a pedir algo de beber. No recordaba nada más que le explicará que hacía ahí, no encontraba una razón lógica que lo hiciera entender como habia llegado hasta ese lugar y sumando esto ¿Por qué rayos solo estaba cubierto por una camisa? Y para colmo, ni siquiera era suya.
No sentía nada extraño en su cuerpo, tal vez solo un leve dolor de cabeza y un sumbido algo molesto en sus oídos, pero nada de que preocuparse o eso esperaba.
Aún confundido se sentó en la orilla de aquella cama, busco su teléfono, pero no tenía ninguna de sus pertenencia consigo. Intento no entrar en pánico, relajo su respiración y comenzó a observar aquella habitación, la cual era muy sencilla, tenía la cama individual en dónde el estaba sentado en este momento, frente a ella, se encontraba un escritorio con un bonito espejo y justo a lado un reloj negro, también había un pequeño closet y por la vista que daba la ventana, podia jurar que estaba en un departamento. ¿Departamento? ¿De quién? ¿Dónde rayos se metió? Tocó su cabeza en busca de recuerdos, pero nada, seguía con ese horrible dolor de cabeza.
Por un momento se preocupo por la escuela, pero recordó que hoy es sábado, así que esa preocupación se disipó por completo.
Observo su cuerpo, aún tenía duda de ¿Quien era la camisa que traía puesta? Pero no sentía dolor en el cuerpo o en otras partes, tampoco veía algo inusual, no tenía porque preocuparse ¿Verdad?
Su mente hubiera seguido divagando, pero fue interrumpida por la presencia de alguien más.
— Así que al fin decidiste despertar, príncipe — Su cuerpo se paralizó, parecía ser ya una reacción normal al oir esa voz.
— ¿Que? — Vio a un chico lleno de cicatrices entrar, el albino estaba sin camisa, lo cual dejaba ver sus grandes músculos.
— Duermes mucho, pensé que ya habías muerto — Al azabache no le agradaron esas palabras.
— ¿Que me hiciste? — Cubrió su cuerpo con las sabanas de la cama, intentando no verse tan vulnerable.
— Si piensas que te toque estás equivocado —
— Entonces ¿Por qué estoy aquí? Y ¿Con ropa que no es mía? — Cuestionó.
— Porque al señorito se le ocurrió la grandiosa idea de beber cosas de dudosa procedencia, hasta terminar vomitando y perder el conocimiento — Explico simple.
— Y ¿Por qué tengo lo que parece ser tu camisa? — Sanemi lo miro mal, como si no hubiera prestado atención a nada de lo que dijo.
— ¿Eres idiota? Te acabo de decir que te vomitaste encima, imbécil — Se acercó hasta el más bajito, la escasa distancia ya era algo normal.
— ¿Qué me asegura que no me hiciste nada? — Y una sonrisa cínica se estableció en los labios del albino.
— Créeme, si algún día te llegó a tocar, quisiera que estés lo suficientemente cuerdo, para hacerte gemir mi nombre y puedas recordarlo, príncipe — Tomo el mentón del contrario, obligándolo a verlo a los ojos, quería dejarle en claro, que el jamás se aprovecharía de su vulnerabilidad.
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Prejuicios [SANEGIYUU]
FanfictionEn un mundo donde la clase social define el destino, Sanemi Shinazugawa y Giyuu Tomioka viven en universos paralelos. Giyuu, proveniente de una familia adinerada, es mimado y malcriado, pero en secreto anhela atención y amor. Por otro lado, Sanemi...