como una nube, llena de agüita

mamá

A veces siento que te gusta tratarme mal, o quizás lo haces inconscientemente

Porque así es como has sido siempre

Quizás si, soy sensible en exceso

Pero no sé cómo esperas que reaccione ante tú llegando del trabajo (que tuviste que hacer para salir adelante con las hijas que tú decidiste tener) sólo para tratarme mal, hablándome mal; porque sabes que si alguien más te hablara asi a ti no te gustaría, haciendo un escándalo por cosas que no son mi culpa, y cuestionándome aunque ya te dije la verdad.

Porque siempre pones a alguien más antes que a mi y mis sentimientos, aunque nunca lo vas a admitir. Saltas a la defensiva por alguien aleatorio, y a mi sólo me cuestionas y me molestas.

Ya no soy una adolescente, reconozco, aunque lo odie, cuando hice algo mal.

Pero la que está mal no soy yo.

Tengo derecho a no querer hablar contigo después de que recién llegas me tratas como si yo fuera la culpable de todo lo malo en tu vida.

Cuando quiero hablar contigo me ignoras, y hay testigos. Te interesa más mirar la televisión, tanto que te molestas si alguien entra en tu campo de visión.

Cuando te quiero contar algo, lo distorsionas de una manera que terminas hablando de ti, o dando alguna enseñanza imbécil que no tiene nada que ver, sólo por el placer de molestarme? no lo sé.

Porque así como tú jamás entenderías lo que hay en mi cabeza porque no te interesa en lo más mínimo, a mi tampoco me podría importar menos.

Porque ni tus circunstancias ni tu pasado moldean tus acciones, tú decides ser así. Mala.

No quiero pasar tiempo contigo porque me incómodas. Porque no veo sentido en tu obsesión y tu odio al mismo tiempo. En el que me sobre proteges pero al mismo tiempo detestas cómo soy.

Es una lástima que tus palabras terriblemente manipuladoras no hagan mas que darnos asco. Porque de nada sirve que me tengas parada frente a ti mientras palabras condescendientes y vacías, pero a la vez llenas de lo que yo sólo puedo llamar ridiculeces salen de tu boca, queriendo hacerme sentir mal por evitarte.

Porque si te trato como tú me tratas a mi, te parece muy mal. 

También es una lástima que no conciba la idea de que sólo tú tienes la razón y que todo lo que haces está bien.

Porque me parece estúpido que juegues a creerte Dios, llegando al punto en que alardeas y te das palmaditas en la espalda por dejarme tener mis propios gustos, y dejarme hacer cosas como dormirme tarde porque me consideras una adulta. Cuando yo lo soy, y no necesito tu permiso para existir

¿Sabes qué más es una lástima? Que yo esté tan malditamente enferma, o tú y las circunstancias me hayan llevado al punto en el que no te tengo lástima, y no lo haré.

No me conmueves, no me tocas ni una fibra del corazón porque cuándo me dices palabras para hacerme sentir mal, o lloras lágrimas de cocodrilo por mí y diciendo que es mi culpa, haciéndome responsable de tu vida; en lo único que pienso es en todas esas veces.

Las veces que me rechazabas, que no querías abrazarme, que me condicionabas tu amor por una calificación, las veces que me comparabas, las veces que me decías lo caro que era costearme la vida, las veces que hacías menos todo lo que hacía, las veces que me decías cosas hirientes de manera gratuita, las veces que divulgaste mis secretos, las veces que me golpeabas hasta que te cansabas tanto que me tenías llena de moretones, y tanto que apenas me gritabas yo ya estaba orinándome encima, las veces, los días y los meses que lloraba hasta sangrar de la nariz porque quería vivir en cualquier lugar menos contigo, las veces que me decías que me matara.

Porque suena enfermo, está mal que no quieras a tu madre.

Pero qué hago si esa mujer que me engendró me trata como basura que no merece nada mas que desprecio.

No te gusta como te trato, pero en lugar de pensar qué podrías estar haciendo mal me culpas de todo.

Es una lástima que no te des cuenta que eres tú, tan nefasta que me alejas.

Y lo peor de todo es que no me siento culpable.