IV

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Taeyong miraba con anhelo la puerta de la cafetería todos los días. Fantaseaba con volver a ver a Jaehyun, contradiciéndose completamente de lo que le había pedido. Y poco a poco se resignó a que él no volvería, después de todo se había portado pésimo la última vez.

Una tarde, mientras en su espalda el sudor corría por lo ajetreado de su labor, el rostro de Jaehyun entre la clientela atrajo su atención y quiso desaparecer. Palideció y se detuvo un poco de la barra, intentando convencerse a sí mismo de que todo estaría bien y cuando llegó el turno del pelinegro de ser atendido se paró de manera extraña.

– Buenas noches ¿Qué le preparo el día de hoy?

– Tae te extraño mucho. Vamos a hablar. Por favor.

Jaehyun sabía que quizá nada productivo saldría de su torpe intento, pero no quería resignarse.

– Vete por favor. Es enserio.

– Atiéndeme. Soy tu cliente.

Yong estaba muy nervioso, removiendose alrededor de su lugar como si no quisiera dar un sólo paso fuera de él.

– Bueno ¿Qué vas a querer?

– ¡Babi! ¡Babi!

Un lloriqueó infantil interrumpió su batalla de miradas. Jaehyun arqueó una ceja y miró por encima del hombro ajeno, notando un pequeño corral para bebé acomodado cerca de las máquinas de café. Intentó ver más pero el pelirosa se puso de puntitas, impidiéndoselo.

– ¿Pero qué...?

– Fuera de aquí Jaehyun. Ya basta.

El llanto del bebé se acentuó y ambos voltearon a verlo al mismo tiempo. Un pequeño nene regordete, pelinegro y con expresión hastiada extendía los bracitos hacia Taeyong mientras hipaba con sentimiento desde su corral lleno de cobertores suaves, esperando ser tomado en brazos.

– ¿Es... Tu hermanito?

– No. Es mío.

– ¿Tuyo?

– Si. Mío. Es mi bebito.

Yong suspiró, anhelando ir con su bebé, pero no podía hacerlo. No durante el momento más ocupado de la jornada.

– Por favor déjame trabajar. ¿Vas a comprar algo o no?

El bebé lloró con todas sus fuerzas mientras veía al pelirosa y se dejaba caer sobre la suave red de su mueble, llamando la atención de los presentes. Estaba desesperado y no se calmaría sin ser atendido pronto. Su pequeña carita ya estaba enrojecida.

– ¿Y qué tiene o qué?

– No lo sé. Nunca lo había traído al trabajo pero mi mamá no va a poder cuidarlo por algunos días. Debe estar fastidiado. Ya tomó bibi... Su pañal está limpio. No sé que quiere.

– Puedo ayudarte con él. Mientras te desocupas. – Taeyong lucía tan devastado  que Jaehyun quería ayudar. Además el llanto del niño demostraba su desesperación. – Te diría que atiendo aquí pero no sé hacer nada.

– No, gracias.

El llanto de su bebé le rompía el corazón. Yong mordió su labio inferior al ver a su cielito sufriendo de esa manera.

– Tae no va a calmarse él solo. Es un bebé.

– Jaehyun no... No sé.

Taeyong finalmente miró al resto de clientes y les sonrió como disculpa antes de ir donde su pequeño y levantarlo, dándole un gran abrazo. Se alejó del mostrador para salir del mismo y pasárselo a Jaehyun del otro lado, que lo tomó de una manera muy extraña, como si se tratara de una peligrosa sustancia.

Coffe rose - Jaeyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora