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Playing with Fire


Lalisa Manobal.

Me despierto desorientada, todo está oscuro. Busco mi teléfono en la mesita y recuerdo que no está aquí, se ha quedado abajo en el salón. Pego mi oreja en la puerta para ver si escucho algún ruido, todo parece tranquilo y silencio.

Quito el pestillo y voy sigilosamente hacía abajo, las cosas de Bogum no están así que asumo que ya se ha ido. Suspiro relajada y cojo el teléfono del sofá. Tengo un mensaje suyo.

Bogum 😽:

Lisa, no puedes seguir teniendo estás  rabietas, debes ser capaz de mantener una conversación adulta conmigo sin salir corriendo…háblame cuando estés de humor, estaré esperando.

Ruedo los ojos y dejo el mensaje en visto. No quiero hablar con él. No entiendo como no me ha dejado todavía. Son las doce de la noche pero estoy muerta de hambre así que decido ir a la cocina a comer algo. Estoy preparándome un sandwich cuando un mensaje entra en mi correo. Lo abro con curiosidad  y  veo  que solo  es  propaganda, Uber  quiere  que  valore  al  conductor  que  me
recogió la noche pasada.

Mi interior se aprieta recordando la sensación de estar con el desconocido caliente.

Hacía  tanto  tiempo  que  no  sentía  nada  que  estar  con  él  había sido como  volver a estar viva un rato. Mis ojos recaen en el correo y me doy cuenta de que está la dirección en la que me recogieron…la dirección de donde vive el desconocido. Interesante. Antes de mi cabeza le de más vueltas me estoy poniendo los zapatos y saliendo por la puerta.

Arranco el auto y pongo el GPS, definitivamente lo que estoy haciendo está mal, es una locura, es desesperado, es cruel… Pero necesito eso, mi cuerpo me está rogando por un poco de liberación de oxitocina. Aparco el auto delante del edificio y camino hacía el. Cuando estoy en la puerta mi
mano vacila, no se a donde picar, no recuerdo donde vivía. Masajeo mi sien y suspiro.

Es muy tarde y no se si ese tipo quiere volver a verme o si está acompañado. Está claro que lo que estoy haciendo es totalmente loco. Un poco de sensatez parece hacerme recobrar el sentido común y me vuelvo a dirigir
al auto.   
             
Unos silbidos disparan la adrenalina por mi cuerpo.

Camino rápido sin girarme pero siento como tiran de mi brazo. Me giro asustada y veo una sonrisa lobuna en la cara de un tipo muy desagradable.

— Buenas noches lindura, ¿qué se te ha perdido por aquí? —se lame el labio de forma lasciva.

— Ya me iba —susurro intentando zafarme de su agarre.

— ¿Porqué tanta prisa? ¿Tus papás te han puesto un toque de queda? —se burla.

La mención de mis padres me tensa y la furia empieza a recorrer mi cuerpo.

— Suéltame imbécil  —las palabras salen de forma incontrolada. Me llevo las manos a la nica para intentar taparla.

El tipo escalofriante se ríe y eso hace que se me pongan los pelos de punta.

— Tienes muchas agallas para ser tan poca cosa —dice mientras con la mano que tiene suelta abre un poco su chaqueta enseñándome algo metálico.

Va armado.

Mi cuerpo empieza a temblar levemente, estoy acojonada.  

— Vaya ¿Ya no dices nada? ¿Te ha mordido la lengua el gato, pequeño ratoncito?

ROCKSTAR +21 [LISKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora