O7: Protegido por el rey.

243 45 11
                                    

El amanecer se filtraba lentamente por las altas ventanas de la enfermería, pintando el ambiente con tonos dorados y rosados que contrastaban con la frialdad del metal y el concreto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El amanecer se filtraba lentamente por las altas ventanas de la enfermería, pintando el ambiente con tonos dorados y rosados que contrastaban con la frialdad del metal y el concreto. Me desperté sintiéndome desorientado por un momento, antes de que la realidad de mi situación volviera a golpearme -como si no hubiera recibido bastante golpes hasta ahora-. A mi lado, sobre una pequeña mesa metálica, todavía con algodones repletos de sangre y vendas mal cortadas, descansaba un ramo de lo que parecían ser violetas y alhelíes, frescas y perfumadas, junto con una nota doblada.

Me senté lentamente, mi cuerpo aún resentido por los golpes de la noche anterior. La nota atrajo mi atención de forma especial.

"En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser."

Pd: Espero que las flores te alegren un poco el día, princesa. Busca su significado cuando tengas tiempo.

Sonreí tímidamente, sintiéndome extrañamente conmovido por el gesto inesperado de mi compañero de celda. Una parte de mí sabía que era Chan el que enviaba estas notas tan peculiares... y, aunque antes me costaba creerlo, el fresco recuerdo de nuestro beso me revolvía cualquier concepción previa.

Decidí levantarme, ignorando el dolor persistente en todo mi cuerpo. La enfermería estaba silenciosa, sólo interrumpida por el ocasional murmullo distante de los reclusos y el chirrido distante de las puertas metálicas. El aire fresco de la mañana entraba por las ventanas abiertas.

Me dirigí hacia mi celda, sin ser molestado ni siquiera por ojos ajenos. Bang no estaba, así que me resigné a mejorar un poco mi aspecto y a prepararme para desayunar. Porque- Dios, moría de hambre.

Me vestí, abandonando mis ropajes repletos de sangre ahora seca y agrietada, luego lavándome la cara con agua fría para despertarme por completo. Cuidadosamente, cambié los vendajes que me cubrían casi todo el torso, sintiendo el alivio momentáneo mientras me ocupaba de no molestar a los puntos en mis heridas ni a las pomadas en mis moretones. Me até el cabello, húmedo por mi ducha improvisada en el lavabo de la celda, en una coleta alta para mantenerlo fuera del rostro, encontrando cierto consuelo en ello.

Reflexioné sobre la decisión que había tomado la noche anterior. Unirme al grupo de Bang Chan, al "Tak", era un paso arriesgado pero necesario en un entorno donde la supervivencia dependía de las alianzas que se formaban. Ahora lo entendía mil veces mejor que antes. Chan, con su aura intimidante y potencialmente protectora, representaba una oportunidad de seguridad en un lugar donde cada paso podía acercarme a una muerte dolorosa. Y no sólo a mí, sino que también a mis nuevos amigos.

Finalmente listo, y seguro de mi decisión, abandoné la celda. El sol apenas había comenzado a elevarse sobre el horizonte, pintando los pasillos de la prisión con sombras alargadas y una luz dorada que prometía un nuevo día. Me sentí nervioso pero decidido, consciente de que cada paso me acercaría inevitablemente más a una nueva realidad en la que estaría bajo la protección de Bang Chan, el hombre que controlaba gran parte de la prisión con un solo chasquido de sus dedos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dandelions ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora