Capítulo 11❤️‍🔥

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(T/n) aprendió que los contratos de grabación contenían un montón de detalles y requerían mucha explicación, al menos con chicas tan inteligentes como las que componían el grupo de Blush, que le hicieron a Jungkook probablemente cientos de preguntas antes de que se llegara a un trato y acabara la reunión, justo antes del mediodía.

Cuando el grupo se fue, admitió que le podrían ser de ayuda algunas explicaciones adicionales sobre algunas cláusulas en particular, por lo que Jungkook sugirió que podían hablar de ellas en la zona de la piscina, ya que no había más trabajo apremiante hasta la noche, cuando deberían pasarse por unas cuantas discotecas más. Como un golpe de suerte, Amanda había insistido en que llevara un bikini sexy en su nuevo vestuario, lo cual pensó que era algo estúpido y frívolo, pero acabó cediendo y ahora tenía un bikini atrevido de color rosa con un pequeño pareo a juego.

Regresó a su habitación para cambiarse, y también se sintió agradecida de haber ido a gastar dinero a la cama de bronceado un par de veces a la semana. No era devota del sol, pero un poco de color la hacía parecer y sentirse más saludable, especialmente cuando se vio con su nuevo traje de baño.

Se echó un vistazo en el espejo del cuarto de baño, no podía negar que estaba muy sexy. Como el nuevo sujetador que se había comprado, los triángulos de copa rosas alzaban su pecho y les daba un aspecto más bonito y regordete, y la escasa tela de la parte de abajo dejaba también al descubierto su bronceado vientre. Miró su reflejo, e hizo una nota mental para ponerse de rodillas ante Amanda y darle las gracias la próxima vez que la viera. Al parecer, necesitaba un hombre, necesitaba un pene y necesitaba un bikini fucsia, y a partir de aquel momento, había planeado seguir todos los consejos que Amanda le había dado.

Se puso las sandalias brillantes de cuña que Amanda había sugerido para completar el conjunto de baño, salió de su habitación, y encontró a Jungkook acercándose a ella. Él llevaba un elegante traje de baño negro con bandas rojas a cada lado, junto con los pendientes que normalmente llevaba y la cruz de plata que había visto la primera noche.

-Joder, nena. -le dijo él con apreciación, dejando que su mirada recorriera su cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Un rubor intenso le coloreó las mejillas, pero solo porque no estaba acostumbrada a recibir un elogio tan abierto de su cuerpo, sin mencionar el hecho de que aquello le gustara.

Cuando atravesaron la piscina cubierta y salieron al calor del desierto, se sintió abrumada por la lujuria. La piscina era enorme pero simple, y por el contrario, los alrededores eran magnificentes. Cientos de sillones elegantes se colocaban entre enormes tiestos de piedra que acunaban árboles perfectamente podados y unas columnas inmensas de piedra sostenían arcos forjados en hierro y cubiertos por enredaderas. Más allá de la zona de la piscina, se veía la torre de reloj del Venecia que se elevaba hacia arriba entre el Mirage y el Caesars Palace, en la distancia.

Mientras se acomodaban en dos sillas al borde de la piscina, empezaba a recaer en toda la «gente guapa» que allí se encontraba. Oh, estaba claro que había gente de todo tipo - ancianos de vacaciones, unas cuantas familias jóvenes- pero inmediatamente se sintió superada en número e intimidada por todas las chicas elegantes con escasos bikinis y por los chicos modernos que escondían su mirada tras gafas de sol de Versace y de Prada. Se podría pensar que después de haber vivido en Los Ángeles y haber trabajado en el negocio de la música durante tres años, ella ya se habría acostumbrado a ese tipo de gente, pero aquello era diferente, porque de repente, estaba entre ellos, con un hombre que era uno de ellos, y supuso, que para mantener su cariño, quería ser uno de ellos también, algún día.

No muy lejos de donde se habían acostado sobre las toallas desplegadas encima de sus tumbonas, había una morena que llevaba un estrecho sombrero negro de cowboy y un tanga negro que estaba tumbada boca abajo sobre un enorme pilar de hormigón que había dentro de la piscina y que se elevaba justo por encima de la superficie. Llevaba un sol tatuado en la región lumbar y se apoyaba sobre los codos, enseñando tanto escote que a (T/n) le sorprendió no poder verle los pezones. Otra chica ligera de ropa, una rubia con un bikini de lame dorado y con unos pechos firmes que sobresalían de unos triángulos demasiado pequeños, se levantaba sobre el agua cerca de ella, poniéndose algo de bronceador en la espalda.

Pecado en las vegas +18- Jeon Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora